Saliendo de Madrid por la Nacional IV, la Autovía de Andalucía, la E-5, a 135 Km. de la capital, nos encontramos con la villa castellano-manchega de Herencia, ya en la provincia de Ciudad Real. Pueblo agrícola dedicado desde antiguo al cultivo de la vid, del olivo y de diversos productos hortícolas; tierra, por tanto, de buen vino y mejor aceite, al que hay que sumar un tercer producto estrella, los afamados quesos que tanto renombre han dado a Herencia. La villa vive en estos momentos un período de franca expansión unido a una bonanza económica. Diversas urbanizaciones en construcción y un polígono industrial en fase de ampliación dan fe de ello. La población ha experimentado un notable aumento, acogiendo en su seno a un número respetable de inmigrantes que se afanan en tareas agrícolas, en trabajos relacionados con el mundo de la construcción, en las varias fábricas de repostería y bollería existentes, o en otras dedicadas a carrocerrías, en las que utilizan la más puntera tecnología.
El centro urbano la forma de Plaza de España, con la Parroquia de la Inmaculada Concepción, muy cerca de allí, se alza, magestuosa, la Iglesia Conventual de Ntra. Sra. de la Mercedes, antiguo convento de Mercedarios Descalzos. La Orden de la Merced, fundada por San Pedro Nolasco en la Barcelona medieval del siglo XIII, fue reformada en Madrid, por el Venerable Juan Bautista del Santísimo Sacramento, en 1603, se cumplen ahora cuatrocientos años. Los nuevos mercedarios reformados pasaron a denominarse Descalzos, a diferencia de los que permanecieron unidos al tronco primitivo, llamados desde entonces Calzados. Los Descalzos son los que fundaron en Herencia, en 1656, gracias a Don Juan José de Austria, hijo del rey Felipe IV. Permanecieron en la villa hasta el siglo XIX, marcharon con la desamortización de Mendizábal, y aunque volvieron con el deseo de permanecer, por diversas causas debieron de abandonar el convento. Desde 1899 son los Calzados los que atienden pastoralmente la iglesia de la patrona de los herencianos.
La hechura de la Iglesia mercedaria es barroca, en el exterior alterna el ladrillo con la piedra, un par de torres gemelas flanquean la entrada principal , y una cúpula octogonal se alza airosa al viento. El interior posee tres naves, con bóveda de cañon en la central y de arista en las laterales. Los retablos, imágenes y ornamentos sufrieron un gran deterioro en 1936, tan solo se salvó el órgano. La antigua y bella imagen de la Virgen, con aires que recuerdan al escultor Salzillo, también pereció en la guerra; la actual data de 1940, es obra de los talleres barceloneses Viuda de Reixach, de notables proporciones y agraciado rostro, es venerada apasionadamente por las gentes de Herencia llamándola “La Hermosona”. Y es que desde siempre, los herencianos han amado a esta devota imagen con tierno y filial amor, viendo en ella a su Madre, Reina y Patrona, la redentora de sus penas, anhelo de todos sus deseos y dadora de todas las gracias y mercedes. Son varios los milagros que se cuentan obrados por su mediación. La Iglesia mercedaria es un verdadero santuario mariano al que acuden en masa, no solo los nacidos aquí, sino también de pueblos limítrofes, personas sencillas, de buen corazón que ansían libertad de espirítu y acuden a la Redentora de cautivos, pidiendo auxilio y favor.
Diversas fechas históricas están en los anales de este histórico templo. Así, desde el año 1941, descansan a los pies de la Virgen los restos mortales de los religiosos mercedarios que formaban la comunidad de Herencia en 1936, el Padre Eliseo Pérez y compañeros mártires, y que fueron víctimas de la persecusión religiosa de aquel año. Se aguarda su pronta beatificación en Roma. Otro hito destable tuvo lugar diez años más tarde, cuando el Excmo. Sr. Obispo Prior de las Ordenes Militares, Dr. Emeterio Echevarría Barrena, coronó la imagen de nuestra querida Madre de las Mercedes, la ceremonia se desarrolló al aire libre, en la Plaza de España, cuentan que el pueblo entero se echó a la calle exaltando de gozo, irrumpiendo en clamor emocionado y ferviente, con estruendo de cohetes y repique de campanas…estaban presentes un nutrido grupo de frailes mercedarios, reunidos en capítulo provincial. Por último, en 1999, al cumplirse cien años de la presencia de la Merced Calzada en la villa, el alcalde D. Ramón Osuna, impuso a la Virgen su bastón de mando, otorgándola de ese modo el título de “Alcaldesa Honorífica”. A todo esto hay que añadir el incremento de ordenaciones sacerdotales habidas aquí, el Seminario Menor Mercedario, levantado frente al templo, es semillero vocacional que germina al calor y cuidado de la Madre. Pero de Herencia no solo han surgido vocaciones a la vida religiosa mercedaria masculina, también las monjas y religiosas mercedarias, de las diversas ramas y congregaciones, han visto aumentar sus filas con jóvenes herencianas.
A lo largo del año se suceden los actos de culto y homenaje a María, en su advocación de la Merced o de las Mercedes, los sábados a la caída de la tarde tiene lugar la tradición secular mercedaria de la misa sabatina y canto de la Salve, los días 24 de cada mes son también cita obligada. Durante todos los días del mes de mayo, al terminar la jornada laboral, tiene lugar el desfile ininterrupido del gentío que asciende al camarín para venerar la imagen y besar devotamente su pie. Son famosos los “Mayos” cantados a la Virgen, uno de los más antiguos dice así:
Madre Mercedes,
Madre de amores,
escucha el canto
de nuestras flores.
Luz de tus ojos,
los resplandores
que nos alumbran
los corazones.
Aquí nos tienes,
Reina de amores,
patrona nuestra,
sol de los soles.
El momento cumbre llega en el mes de septiembre, con las Ferias y Fiestas dedicadas a la excelsa patrona, María de la Merced, con ellas se cierra la estación estival y se abre la recolección de la uva. Se suceden diverso tipo de festejos civiles: competiciones deportivas, fuegos de artíficio, cértamenes de pintura, concursos de belleza, festivales y verbenas, todo tipo de atracciones de feria…Las celebraciones religiosas se preparan solemnemente con novena predicada, el 24, día de la fiesta, arranca la víspera con la misa de media noche, el pasado año, gracias al ayuntamiento se estrenó la iluminación exterior de las fachadas de la iglesia, resaltando su silueta en la oscuridad de la noche. A media mañana tiene lugar la denominada función principal, con presencia de las autoridades locales; y ya, en el atardecer dorado y otoñal de cada 24 de septiembre, tiene lugar el cénit, la masiva procesión, estallido de fe, explosión de júbilo y alegría, el pueblo porta y pasea por sus calles a su Madre y patrona. Ella desde su trono bendice, y muestra a Jesús, fruto bendito de su vientre…
La Merced y Herencia, Herencia y La Merced, dos realidades aunadas en franca armonía. Es raro el hogar que no tenga una imagen entronizada o cuadro de la Virgen colgado de sus paredes, muchas de las niñas al nacer llevan el nombre de Mercedes, y los niños eran llamados antes –ahora menos- Mercenario –sinónimo de mercedario-. Paseando por sus calles es fácil descubir, en muchas de las rejas de artística forja que ornamentan sus ventanas y portadas, el escudo mercedario. Algunas familias prolongan la devoción a la Merced, más allá de su vida terrenal, decorando sus panteones con ricas y bellas imágenes. La apertura del colegio “Ntra. Sra. de las Mercedes”, por parte de las HH. Mercedarias de la Caridad, también ha venido a incrementar la devoción a la Merced.
Por todo lo dicho, podemos concluir que la Merced impregna Herencia formando parte de su mismo ser y aliento. ¡Qué María, en su advocación de las Mercedes, bendiga los corazones de los herencianos que invocan su nombre con filial fervor!
P. Mario ALONSO AGUADO, O. de M.
Artículo publicado en CANFALI, 2 de mayo de 2003