Las Ordenes Militares

Las Ordenes Militares

Continuando nuestra serie dedicada al Estudio sobre la Carta Puebla de Herencia.

Las Ordenes Militares

Las Ordenas Militares son un fenómeno europeo y español de bastante importancia. Las circunstancias que hacen posible su nacimiento en ese momento preciso son, a nuestro entender, varias: el ambiente de Cruzada que se vive en la Europa cristiana durante los siglos XI y XII contra los musulmanes. También son circunstancias que favorecen el surgimiento de las Ordenes Militares la despoblación de zonas extensas (como La Mancha) después del «barrido» militar a que se vieron sometidas por dos ejércitos contrarios (el musulmán, el almorávide y almohade, y el cristino) durante siglo y medio: 1085-1212, toma de Toledo, batalla de las Navas de Tolosa; el que no existan ejércitos regulares estatales, fuertes, ni una nobleza o pueblo que los suplan. Se hace necesario crear una nobleza artificial, un ejército regular, pero no estatal, y una organización administrativa que es como un Estado pequeño dentro de un Estado mayor, una especie de «estado privado».

Cuando el Estado se hace de verdad fuerte y se centralizan y unifican sus funciones, con los Reyes Católicos, las Ordenes Militares pasan a depender prácticamente del aparado administrativo del Estado (con el consentimiento papal de Adriano VI en 1523), aunque en teoría no desaparecen todavia hasta el siglo XIX. Esto es, con los Reyes Católicos su autonomía de se subsume en el aparato general del Estado. El periodo de esplendor de las Ordenes Militares, con una actuación más independiente, va del siglo XII, fecha de sus fundaciones, al siglo XV, cuando se incorporan con mucha menos autonomía a la organización centralizada de la Monarquía absoluta.

Las Ordenes Militares principales fueron: la de San Juan o del Temple o del Hospital, la de Calatrava, la de Santiago, Alcántara y Montesa.

E. SOLANO establece para la Orden de Calatrava esta organización jerárquica de los freiles:

  • Cargos desempeñados por freiles legos:
    – El Maestrazgo, por un maestre, el cargo más importante,
    – la Encomienda mayor, por un comendador mayor,
    – la Clavería, por un clavero (incluye una Subclavería),
    – la Obrería,
    – varias Encomiendas, regidas por comendadores.
  • Cargos desempeñados por freiles clérigos:
    – Priorato del Convento, por un prior,
    – la Sacristanía mayor,
    – Los Prioratos menores, dependientes del principal.
  • Otras dignidades son: El Subcomendador del Convento, el Alférez, el Ecónomo, los Gobernadores de los partidos, los Visitadores, etc.

La Carta-Puebla de HERENCIA se hace en 1239 en nombre del «Comendador mayor de Consuegra: («Comendador de Consuegra», según dice el texto que luego consultaremos), R. Pérez en ese momento, en nombre del convento todo «de ese mismo lugar», y «por mandado de nuestro Prior, D. Ferrant Ruiz, Prior de Castilla y León».

El cargo de Maestre estaba ejercido por el Prior en la Orden de San Juan, y lo era en las fechas que estudiamos, según hemos dicho, D. Ferrandus Roderici (Fernando Ruiz), sucesor de Juan de Rubiellos, y antecesor de Rodrigo Pérez en el cargo. El último Gran Prior de Castilla fue D. Diego de Toledo, en los días de 1531.

La concesión de la Carta-Puebla reproducía en teoría la siguiente jerarquía: Papa-Rey-(Maestre)-Prior-Comendador-Concejo de HERENCIA.

Lomax, otro estudioso de las Ordenes Militares, en su estudio sobre la Orden de Santiago, fundada en 1171, en el siglo XII, como la mayoría de estas organizaciones religioso-militares, establece un esquema organizativo semejante al que hemos transcrito antes. Habla de cómo se reclutaban los freiles entre los habitantes de toda España, principalmente entre la nobleza y la pequeña nobleza (exentas de impuestos, de duros vasallajes y de trabajos físicos) de sus territorios de señorío, de modo que las Ordenes acababan nutriéndose de nobles y estableciendo con la nobleza conexiones de todo tipo: social, político, militar económico. Para los caballeros villanos (no nobles) y, claro está, para el pueblo llano resultaba muy difícil entrar en las Ordenes. Un prototipo de individuo, higaldo poble, adscrito socialmente a la pequeña nobleza es Alonso Quijano, el Don Quijote de Cervantes.

Las Ordenes, que observaban un subordinación formal y funcional directa con el Papa, tenían la obligación de servir al Rey en paz y en guerra a cambio de donaciones que el Soberano les hacía. Los Reyes entregaban a las Ordenes Militares zonas rurales de gran extensión, en los territorios recién reconquistados al musulmán, ante la imposibilidad de administrarlas ellos mismos con el aparato y medios de que disponían.

Siempre se seguían estos pasos en el sistema de repoblación por las Ordenes Militares. Un terrateniente o señor (puede ser el Rey), que ha conquistado la tierra, la repuebla, concede Carta-Puebla a los pobladores que se acerquen allí, delimita un área (con bastante imprecisión, por cierto), ofrece quiñones o parcelas de tierra a posibles o reales pobladores en una condiciones fiscales, estipula las rentas que habrán de pagarles y cómo y el fuero que tienen que observar. La legislación y la repoblación caían formalmente bajo el dominio del Rey. Alfonso VIII (1158-1214) favoreció la fijación de fueros locales escritos, intentó unificar el derecho castellano, concediendo a muchos pueblos el mismo fuero (a HERENCIA, el de Consuegra, que era el de Cuenca, que era el de Sepúlveda, etc.): el Fuero de Cuenca, Forum Conche o Conchae, del que hablaremos un poco.

Un estudio de D. Jesús Fernández Montes
Editado por el Ayuntamiento de Herencia.

Ver también
Carta Puebla de Herencia
¿Qué es una Carta-Puebla?

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