Reproducimos esta noticia porque creemos que es interesante para todos los manchegos y manchegas, podéis consultar también la Fuente: El Decano de Guadalajara. 8-mayo-2008
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Enrique Calleja, ha manifestado que el trasvase del Tajo a la Mancha derivará anualmente 30 hectómetros cúbicos para abastecimiento y 20 para aumentar la superficie encharcada del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Calleja recuerda que, según la legislación (RD-L 8/1995) “el volumen medio anual derivado, computado sobre un periodo máximo de diez años, no será mayor de 50 hectómetros cúbicos”. Así ha respondido a preguntas de El Decano, tras las opiniones contrarias mostradas por la Plataforma en Defensa del Tajo y el Alberche, de Talavera de la Reina, y Ecologistas en Acción, que se oponen a un nuevo trasvase desde la cabecera del Tajo. Estas agrupaciones denuncian que el agua se destinará a recuperar acuíferos sobreexplotados por el regadío, a fomentar el urbanismo insostenible en La Mancha y al proyecto Reino de don Quijote, que incluye tres campos de golf.
La Confederación del Guadiana ha precisado que la tubería, de 120 kilómetros de longitud, entre Carrascosa del Campo (Cuenca) y Daimiel (Ciudad Real) está al 30 por ciento de ejecución, “igualmente se encuentra finalizada la toma en el Acueducto Tajo-Segura y la variante de carretera afectada pro el depósito de cabecera”. En este depósito se depurará el agua de abastecimiento humano destinado a abastecimiento. La derivación al Parque Nacional de las Tablas se hace por un cauce natural, sin depurar.
La tubería tiene un diámetro, según ha confirmado la Confederación, de entre 1’8 y 1’4 metros. Es uno de los puntos que hace sospechar a los detractores de este trasvase, que no entienden esta magnitud para trasvasar 30 hectómetros cúbicos anuales.
Trasvase a la Mancha: El agua clara
Diez respuestas sobre la derivación desde el canal del trasvase Tajo-Segura a la llanura manchega
Reportaje publicado en la revista El Decano el 2 de mayo de 2008. Texto: Concha Balenzategui
¿Trasvase o tubería? ¿Agua «de boca» o para uso agrícola? ¿Riego de cultivos o campos de golf? ¿A Ciudad Real, Albacete o a Cuenca? ¿A las Tablas de Daimiel, al acuífero 23 o al Reino de Don Quijote? Muchas preguntas, y también algunas sospechas, son las que plantea la derivación de aguas desde el trasvase Tajo-Segura a la llanura manchega, enclavada en el Programa AGUA y en el Plan Especial del Alto Guadiana. En una provincia donde hablar de agua es mentar la soga, el silencio impera sobre todo lo que concierne a la llamada tubería manchega. Los planteamientos de una plataforma talaverana en defensa del río Tajo y la oposición de los ecologistas son las únicas voces sobre un proyecto del que ni la Administración regional ni la oposición quiere hablar. Estas son diez certezas sobre esta nueva hipoteca del Tajo.
1. Trasvase o transvase: Acción y efecto de trasvasar. Trasvasar o transvasar: Pasar un líquido de un recipiente a otro».
La Real Academia de la Lengua Española deja claro que una derivación de agua es un trasvase, independientemente del sistema para mover ese fluido. Esta es la primera certeza en un tema envuelto en la confusión y la terminología. Por ejemplo, los diputados socialistas por la provincia de Guadalajara Antonio Marco y Araceli Martínez consideran que la derivación de agua desde el canal del trasvase Tajo-Segura a la llanura manchega no es un trasvase, porque no discurrirá a cielo abierto, sino a través de una tubería.
2- Dos cuentas hidrográficas
Segunda evidencia: Los recipientes son dos cuencas hidrográficas diferentes. Por un lado la del Tajo, que nace en Albarracín y desemboca en Lisboa, y que ocupa, en nuestra comunidad, 26.699 kilómetros cuadrados de las provincias de Cuenca, Guadalajara y Toledo. Por otro la del Guadiana, que nace en las lagunas de Ruidera, atraviesa toda la Mancha y discurre por Extremadura y Portugal.
Aunque hay cierta tendencia a confundir «cuenca cedente» con «comunidad cedente», la cuenca cedente es la del Tajo, y la receptora será en un futuro la del Guadiana, como ahora es la del Segura. «El mismo derecho, por tanto, tiene el ciudadano de Alicante o Murcia a beber agua del Tajo o a regar con agua del Tajo, que el ciudadano de Ciudad Real que habite en la cuenca del Guadiana. El mismo derecho, ni más ni menos, porque según la Ley están asentados en cuencas hidrográficas distintas a la del Tajo. Lo de habitar comunidades autónomas diferentes es indistinto para la Ley». La reflexión se incluye en un reciente documento de la Plataforma en Defensa de los ríos Tajo y Alberche, que agrupa a 40 colectivos de Talavera, y que se opone al trasvase a la Mancha.
3. La tubería
O mejor dicho, tuberías, pues son varias. Por un lado está lo que técnicamente se llama «Proyecto de conducción de agua desde el acueducto Tajo-Segura para la incorporación de recursos a la Llanura Manchega», más conocido como tubería manchega. La toma del trasvase se hace a la altura de Carrascosa del Campo (Cuenca), en un depósito que se construye en el arroyo Valdejudíos. La conducción principal tiene 119 kilómetros hasta el centro de La Mancha, pasando por Saelices y Uclés, en la provincia de Cuenca; los municipios toledanos de Villanueva de Alcardete, Quintanar de la Orden y Miguel Esteban; y en Ciudad Real, por Campo de Criptana, Alcázar de San Juan, Herencia y Puerto Lápice.
Un ramal secundario de 53 kilómetros va de Puerto Lápice al embalse de Gasset (41’7 hectómetros cúbicos), tras pasar por Villarrubia de los Ojos, Daimiel y Malagón. Otro ramal llega a Ciudad Real y Puertollano.
4. Dónde va el agua
La tubería principal, hasta el embalse de Gasset cerca de la capital ciudarrealeña y su entorno. Hay además un proyecto denominado «Ramales de distribución», que parten desde la tubería principal, y llegan a 50 núcleos de población en una superficie de 13.000 kilómetros cuadrados en las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo.
Además de la tubería manchega, del canal del trasvase parte el llamado abastecimiento de los «núcleos inmediatos», es decir los municipios situados en las inmediaciones del trasvase, «hasta ahora abastecidos por aguas subterráneas deficitarias y de baja calidad», según el Ministerio. «Se puede afirmar que con el nuevo sistema se garantizará el abastecimiento hasta un máximo de 30.000 habitantes», reza la nota ministerial al licitarse las obras, en diciembre de 2006. Son 250 kilómetros de tuberías para repartir el agua en 45 municipios.
5. Cuánta agua
Cuestión peliaguda: Qué caudal se extraerá del trasvase. Según la normativa, son 50 hectómetros cúbicos de media anual, calculando la media en diez años, pero con un límite máximo anual de 60 hectómetros cúbicos. Incluyen los 20 hectómetros que, como máximo, pueden derivarse a las Tablas de Daimiel, pero son independientes de los 600 del trasvase al Segura (al menos, hasta la pretendida caducidad). Él plan de la Cuenca del Tajo ya recoge que el agua de este río destinada a trasvases son 650 hectómetros.
No obstante, en este punto, la plataforma talaverana ha sembrado las primeras dudas, apoyadas en las dimensiones de la infraestructura que se está construyendo: «Esa tubería puede trasvasar 200 hectómetros cúbicos», dice su presidente, Miguel Ángel Sánchez Pérez. La Confederación del Guadiana no ha aportado esta ni otras informaciones solicitadas por esta redacción. Sí sabemos que la depuradora que tratará las aguas tomadas del trasvase antes de ir a la llanura manchega está preparada para un caudal de 9.630 metros cúbicos por hora, según información oficial de la Junta.
6. El uso del agua
En principio, el agua del trasvase a la Mancha será, como se dice últimamente, «agua de boca». Así se repite en muchas notas oficiales y así se lo han asegurado a la asociación de municipios de Entrepeñas y Buendía. El proyecto habla de abastecimiento urbano de calidad para unos 450.000 habitantes, cifra dada por el director general del Agua, Jaime Palop.
Pero la cuestión no está tan clara. El propio delegado de la Junta en Guadalajara, Ángel Padrino, preguntado esta semana sobre si podría asegurar que esta derivación será únicamente para beber, contestó: «No lo sé».
Para empezar, el destino de la tubería: el embalse del Gasset, del que se abastece Ciudad Real y su entorno, con una población de entre 75.000 y 80.000 habitantes, y unas previsiones (según el antiguo Ministerio de Medio Ambiente) de 105.000 habitantes para el año 2015. Pues bien, según el propio Ministerio, el principal uso del embalse, 33 hectómetros al año, son los regadíos en la zona del Bullaque (5.500 hectáreas). Los caudales medioambientales suponen unos 3 hectómetros al año, y el abastecimiento de las mancomunidades de Bullaque y de los Montes, apenas 2 hectómetros cúbicos.
Hay que decir que no toda el agua del Gasset vendría del Tajo. El embalse tiene sus aportaciones naturales, claramente insuficientes para el abastecimiento de este área, según reconoce el Ministerio, por lo que se está construyendo -también dentro del programa Agua- una conexión desde la presa de Torre de Abraham hasta el Gasset.
Por otro lado, el trasvase a la llanura manchega es la principal infraestructura contemplada dentro del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG), además de los recursos del propio río, claramente deficitario. Y este plan, aprobado por el Consejo de ministros el pasado 11 de enero, tiene «el objetivo concreto de garantizar el agua para el mantenimiento de una agricultura sostenible y el desarrollo de la actividad económica y social en el Alto Guadiana», según nformación de la Junta de Comunidades, que se está difundiendo profusamente este plan, con el eslogan «Para vivir, para regar, para beber…»
Hay que saber que otras acciones son la instalación de caudalímetros, modernización de regadíos, compra de derechos de riego y recuperación del sobreexplotado acuífero de la Mancha Occidental, el acuífero 23.
Una evidencia clara de que el agua que sale de Entrepeñas sirve para regar la tenemos en el acuífero de la Mancha Oriental (el 18), donde se lleva a cabo un proyecto de recuperación llamado sustitución de bombeos. «Supone sustituir 270 pozos que se abastecen del acuífero de la Mancha Oriental por agua del acueducto Tajo-Segura», en palabras del responsable de las áreas de Contaminación y Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, Arturo Gonzalo, pronunciadas e pasado febrero en Albacete. «Esta actuación, que permitirá mejorar sustancialmente la calidad del regadío en unas 12.000 hectáreas comprendidas entre las provincias de Albacete y Cuenca, beneficiará a 2.500 agricultores y contará con un presupuesto cercano a los 100 millones de euros que, entre otras actuaciones, contempla la construcción de cuatro tomas desde el trasvase Tajo-Segura, tres balsas y 120 kilómetros de tubería», explica el servicio de información del Gobierno regional.
7. Argumentos de los detractores
En este punto se pueden situar las únicas objeciones que ha recibido la tubería manchega. Por un lado Ecologistas en Acción, que considera «inaceptable la campaña del Gobierno regional a favor de la caducidad del trasvase Tajo-Segura, para convertirlo en el trasvase Tajo- Llanura Manchega». Alberto Mayor, portavoz de Ecologistas en Acción, recuerda que las agrupaciones ecologistas son las únicas que se han opuesto al Plan del Alto Guadiana desde su gestación. Por ejemplo, recuerda Mayor que en la memoria del PEAG se decía que para recuperar los acuíferos 23 y 24 hacen falta 200 hectómetros anuales, lo que le hace dudar de que la derivación se limite a 50. Además, señala que en el año 2007 había 60.000 pozos ilegales reconocidos por la Confederación del Guadiana en el acuífero 23, y que tras abrirse 2.000 expedientes, se clausuraron 6 pozos.
En cuanto a la tubería manchega propiamente dicha, Ecologistas en Acción piensa que «sobre todo va a permitir el abastecimiento a los grandes proyectos urbanísticos como el Reino de Don Quijote, el aeropuerto de Ciudad Real, y los crecimientos urbanísticos, muchos de ellos con campos de golf, en cantidad de municipios a los que se pretende garantizar el crecimiento, una vez más a costa de la cabecera del Tajo y por tanto en contra de los intereses de Guadalajara». El portavoz ecologista señala que el estudio de impacto ambiental del complejo lúdico «Reino de Don Quijote» menciona que se abastecerá del trasvase de Torre Abraham y del trasvase a la Llanura manchega.
La otra gran oposición al trasvase a la Mancha parte de Talavera de la Reina, de la plataforma en defensa de los río Tajo y Alberche, que engloba a 40 colectivos de la ciudad toledana, desde los partidos PP, PSOE e IU -«unos con más entusiarmo que otros», puntualizan-, los sindicatos CCOO, UGT, Asaja y UPA, la comunidad de regantes del río Alberche, todas las asociaciones vecinales y culturales de la ciudad, y algunas deportivas.
En el caso del trasvase a la Mancha vuelven a señalar el proyecto del Reino de Don quijote, y a la declaración de impacto ambiental aprobada pro al propia Junta, que preveía un consumo de 9’19 hectómetros cúbicos que saldrían de la estación depuradora de Ciudad Real, «es decir, un suministro directo del Tajo cuando esté ejecutado el trasvase Tajo -Guadiana. Prácticamente se le hace a capricho esta tubería», dice su presidente, Miguel Ángel Sánchez. «Nosotros sabemos por experiencia que una vez que se abre un grifo es muy difícil cerrarlo, y es muy difícil saber el agua que se va por él», añade Miguel Méndez-Cabeza, el secretario.
Como Ecologistas en Acción, la plataforma talaverana considera que la Junta «no quiere acabar con el Tajo-Segura; quiere que se acabe el Tajo a Murcia y Alicante, y sea solo el Tajo a la Mancha. Sólo hay que ver las infraestructuras que está haciendo», concluye Sánchez.
8. La nula defensa
A diferencia de las gran difusión que a estos planes se les está dando en la Mancha, en Guadalajara el mutismo es absoluto. El máximo representante de la Junta en nuestra provincia, Ángel Padrino, se ha negado a contestar a las preguntas de esta redacción sobre el tema, derivándolas a la Confederación Hidrográfica del Guadiana, que tampoco contesta. No sólo callan los políticos socialistas, sino también los populares, que cuando se les pregunta, tiran de argumentario, del Plan Hidrológico Nacional y del trasvase del Ebro.
9. El cuánto
El proyecto de la tubería manchega se adjudicó en 2005 por 127 millones de euros, más la dirección de obra, por más de 3 millones. En octubre pasado, se aprobó un modificado, subiendo la inversión total a 152 millones de euros. La segunda fase, de Puertolápice a Ciudad Real y Puertollano, cuesta 230 millones de euros. Los ramales de distribución del agua a los municipios tienen un presupuesto de 150 millones. Por último, las obras para el abastecimiento de los pueblos conquenses se adjudicaron por 19 millones.
10. El cuándo
La tubería principal tiene un plazo de ejecución de cuatro años. Las obras fueron adjudicadas hace ya tres, en marzo de 2005, pero el proyecto sufrió una modificación en 2007. La segunda fase, aún sin adjudicar, tiene un plazo de tres años. El abastecimiento de los «núcleos inmediatos» debería terminar a finales de 2009, según prometió Barreda.
La cota estable de los ribereños
Los integrantes de la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, pueblos directamente afectados por esta nueva hipoteca sobre la cabecera del Tajo, les han asegurado que por la tubería manchega sólo saldrá agua para beber. «Todos sabemos que los pueblos de la llanura manchega, desde mucho tiempo atrás beben agua de pozos, aguas malas. Llevan décadas viendo el trasvase Tajo-Segura, el 80 por ciento en regadíos ilegales e insostenibles, mientras los castellano-manchegos no podemos disfrutar del agua para beber», explica el presidente de la agrupación, el socialista Julián Rebollo.
Eso hace que la postura sobre esta derivación sea muy clara: «Agua para beber sí, para otros disparates, como el acuífero 23, no. Pero no nos oponemos si es sólo para abastecimiento humano. No olvidemos que las zonas del interior no nos podemos abastecer de otra forma, mientras el Levante sí», añade el alcalde de Mantiel, preguntado por los posibles riegos de campos de golf.
Para la asociación de municipios ribereños, el objetivo primero, antes de que se ponga en marcha la tubería manchega, y antes incluso de la fecha de caducidad del trasvase Tajo-Segura, 2015, es la revisión del Plan Hidrológico de la Cuenca del Segura, en 2009. El empeño es incluir en ese documento una cota estable para la cabecera del Tajo, como aprobaron recientemente las Cortes Regionales por unanimidad. Si ese objetivo se consigue, elevando la actual cota límite, los municipios ribereños tendrán agua suficiente para su desarrollo, y los trasvases, uno o dos, dejarán de preocupar. «Cuando aquí se trasvasaban 120 o 180 hectómetros cúbicos al año, los pantanos estaban medio llenos, pero había agua, y el turismo y las urbanizaciones seguían su curso. El problema es cuando empiezan los trasvases salvajes a finales de los 80 y los 90».
En este sentido, Julián Rebollo señala que «la cantidad de 50 hectómetros cúbicos no permite muchos disparates. Si se abastece a toda esa llanura, incluidas las Tablas de Daimiel, no creo que quepan además muchos regadíos».
Fuente: El Decano de Guadalajara. 8-mayo-2008