Tecnove participa en la construcción de una de las bases científicas más modernas

Tecnove participa en la construcción de una de las bases científicas más modernas 1
Vista de la Base Antártica Española Juan Carlos I. EFE Isla de Livingston (Antártida)

Esta nueva base, construida en la Antártida por una UTE de tres empresas (Isdefe, Tecnove e Insa), se basa en el respeto absoluto al medio ambiente y apuesta por la eficiencia energética.

Vía: noticias.lainformacion.com

España estrenará en 2012 una nueva base en la Antártida, que se colocará a la cabeza de las instalaciones científicas asentadas en el continente helado.
El director del Proyecto de la Nueva Base Antártica «Juan Carlos I», Guillermo Morales, declaró a Servimedia que el tiempo está respetando el trabajo y que se están cumpliendo los plazos previsto para 2011.
Actualmente España tiene dos bases en la Antártida, una del Ministerio de Defensa, la «Gabriel de Castilla», y otra liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la «Juan Carlos I».
La que lleva el nombre del Monarca era una base que tenía algo más de 20 años, que se había hecho con «mucho voluntarismo» pero que ya «no estaba en condiciones». Hace un par de año se decidió su remodelación, que más bien es la construcción y la creación de «una base absolutamente nueva», indicó Morales.

FINALIZACIÓN PARA 2012
El director del proyecto, que actualmente está en la Antártida y que ya ha visitado la zona más de una veintena de veces, afirma que debido a que el año pasado fue una campaña «muy fuerte», la base no estará terminada hasta el año 2012, de ahí que este año el reto sea «terminar todos lo módulos, dejarlos cerrados» para luego hacer los interiores. Por suerte, en esta campaña el tiempo está respetando, dentro de un orden, y los trabajos van «bastante avanzados».
La nueva «Juan Carlos I» se está construyendo en el mismo lugar que la antigua y tiene forma de Y. En el centro se encuentra la zona de vida, y en cada uno de los «brazos» 12 dormitorios para los investigadores. También hay una serie de módulos independientes para los laboratorios, y servicios como energía, talleres, incineradora, etc.
Se han construido hasta ocho módulos (de la A a la H), de los cuales uno es más grande porque acoge la cocina, el comedor y los espacios comunes.
Para no interrumpir la investigación, se trasladó todo a un campamento fuera de la zona de obras, de manera que cada proyecto pueda seguir adelante. El objetivo para este año es dejar cerrados todos los módulos, para en la próxima campaña hacer los interiores.
Esta nueva base, construida por una UTE de tres empresas (Isdefe, Tecnove e Insa), se basa en el respeto absoluto al medio ambiente y apuesta por la eficiencia energética.
Para ello, la construcción de los módulos se ha hecho con poliéster y fibra de vidrio, teñidos de rojo, el mismo material que «el morro de los AVE», lo que reduce a casi un «nulo» mantenimiento exterior. En 20 años de vida que se estima para la base, lo único que perderá es «un poco de brillo» del color.


EFICIENCIA ENERGÉTICA

En cuanto a la eficiencia energética, la base funciona con un sistema de cogeneración. Se produce corriente eléctrica, con generadores, y el calor que se produce con la salida de humos de chimeneas se aprovecha para la propia base. Con ello el consumo de combustible se reduce 30%. Además, los cierres son herméticos para que las fugas de calor sean mínimas.
El director del proyecto explicó con orgullo que el sistema «español» sólo requiere un consumo del 20%, mientras que el resto de las bases en la Antártida consume un 60-70% de la energía que genera nada más que para acondicionar las instalaciones.
Con la nueva base, según Morales, España se pone «muy a la cabeza» para continuar con las investigaciones científicas en la Antártida, en las que se estudian las comunicaciones por la biosfera, los movimientos y desplazamiento del glaciar, etc.
La próxima campaña antártica se espera sea «muy compleja», aunque el 90% se hace en el interior. La complicación radica en que hay que sacar todo lo que sobra.
El día a día en la “Juan Carlos I» de los 34 trabajadores comienza a las 7.30 de la mañana con una reunión y continúa hasta la siete de la tarde, con una parada sobre las 13.00 horas para comer. Así de lunes a sábado, aunque si el «viento blanco» -la ventisca- impide trabajar, ese día se convierte en «libre» y se recupera la jornada laboral el domingo.
El tiempo condiciona toda la vida en el continente helado, de manera que si por las condiciones meteorológicas hay que hacer un trabajo a las 4 de la madrugada, se hace.
Para contactar con España se hace vía e-mail, sin problemas, o por teléfono vía satélite. Todos los trabajadores tienen dos días a la semana unos minutos para hablar con sus familias, y un uso, sólo limitado por tamaño, del correo electrónico.

Vía: noticias.lainformacion.com

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