Durante todo el siglo XIX, la historia de España se vio envuelta en una convulsión social y política continua. Empezando por la Guerra de la Independencia (1808-1812), pasando por el reinado de Fernando VII (1812-1833) y sus diferentes etapas –Absolutismo, Trienio Liberal, Década Ominosa-, y siguiendo por los siguientes hechos históricos –Regencia de Mª Cristina, Primera Guerra Carlista, Regencia de Espartero y Reinado de Isabel II-; toda la sociedad española se vio envuelta en numerosas agitaciones según los vientos que corrieran en las altas esferas políticas del país.
Pero en las siguientes décadas, las conmociones políticas no cesaron. Al sexenio democrático (1868-1873), iniciado con una Revolución y continuado con el reinado de Amadeo de Saboya, le siguió la 1ª República Española (que duró sólo once meses y también acabó drásticamente) y posteriormente el reinado de Alfonso XII (hasta 1885).
En 1876 fue promulgada la Constitución que estaría vigente hasta 1931, y a los vaivenes políticos se les unió las conmociones religiosas. En lo referente a la religión, aunque se establece un estado confesional católico, también se toleran otras religiones siempre que el respeten a la Iglesia. Era una forma de mantener los privilegios de la iglesia sin perjudicar a los liberales ideológicamente más aperturistas.
Con estos cambios se sucedieron diferentes conflictos religiosos. El párroco de Herencia, Don Salustiano Almedia, remite una carta fechada el 25 de Abril de 1881 sobre los problemas religiosos acaecidos en la localidad desde 1868. Esta misiva va destinada a Don Marcelino Menéndez Pidal (polígrafo, político y erudito español, consagrado fundamentalmente a la historia de las ideas – campo de estudio confluyente con la sociología del conocimiento, la antropología cultural, la historia de la filosofía, la historia de la ciencia, la historia del arte, la historia de la literatura o la historia de las religiones).
En ella el sacerdote da una relación de los conflictos religiosos ocurridos en Herencia desde 1868.
“1. º Publicada la ley de matrimonio civil, se propagó con insistencia el error, de que este contrato anulaba y sustituía al sacramento del matrimonio. Como consecuencia de esto, varias personas, entre ellas algunas de familias acomodadas, no obstante impedimento de consanguinidad, se unieron con vínculo civil. La impugnación de este error y el denegar la absolución a las personas indicadas se miró como cuestión política y produjo en el pueblo grave efervescencia, que terminó con una discusión pública que sostuve en el Ayuntamiento con los corifeos de los partidos avanzados.
Afortunadamente todos se convencieron de que la ley civil no podía amenguar los deberes religiosos: los unidos civilmente celebraron la unión sacramental y desapareció el conflicto, que no ha vuelto a presentarse.
2. º Desde el principio de la revolución se estableció en el vecino pueblo de Camuñas, provincia de Toledo, un centro de propaganda anticatólica sostenido por D. Félix Moreno Astray sacerdote apóstata de la diócesis de Santiago, que se titulaba Pastor evangélico, D. Ceferino Tresserra, racionalista, y otros varios. La influencia de este centro, (subvencionado según la voz pública por la Sociedad Bíblica de Londres) se hizo sentir por desgracia en este pueblo; presentándose un día (octubre 1873) el Sr. Tresserra, acompañado de varios vecinos de Camuñas, retando públicamente a los eclesiásticos. No me pareció conveniente en el estado de excitación en que se encontraban los ánimos, dejar indefensa la religión, y tuve que sostener otra discusión pública, sobre la insuficiencia del racionalismo, para resolver los problemas y satisfacer las aspiraciones de la humanidad, y sobre la verdad y necesidad del catolicismo.
3. º En 1874 Moreno Astray se trasladó á Alcazar de S. Juan y empezó a publicar un periódico retando desde el primer número a los eclesiásticos y en especial a mi, para sostener discusiones publicas sobre el protestantismo. Obtenida la licencia del Sr. Vicario General de Toledo en el día marcado acudí á Alcazar: pero la discusión no tubo efecto, porque a ultima hora dijo Astray que había sido atacado de un vómito de sangre, y la polémica, que continuó por cierto en La Crónica de Ciudad Real, solo sirvió para patentizar los escasos conocimientos de Moreno Astray y colaboradores del periódico de Alcazar.
En 1873 la Junta Federal de esta Villa, con el pretexto de hacer una fortificación para defenderse de las partidas carlistas que vagaban en el otro extremo de la provincia, mandó desalojar la parroquia, teniendo que trasladar a la iglesia de la Merced todas las imágenes y mobiliario en el término perentorio de veinte y cuatro horas.
Éstos son los principales conflictos religiosos que afectan a esta población desde la época citada. No hablo de la inundación de folletos y biblias protestantes ni de la indiferencia religiosa que desgraciadamente ha sobrevenido porque creo que este es común en toda España”.
Como vemos los momentos no fueron muy plácidos en el tema religioso en la localidad. Cuando no eran las amenazas carlistas, eran los nuevos matrimonios civiles o movimientos anti-católicos; el caso es que el párroco del momento estaba continuamente inmerso en multitud de frentes.