POR: Javier Fernández-Caballero | Publicada en el periódico Parroquia en Marcha de junio de 2013, nº277
Arranca Symbolon, la primera exposición arciprestal que intenta sacar a la luz lo más valioso del arte de nuestras Parroquias. Sin duda, se trata de una oportunidad única de conocer el patrimonio religioso oculto de nuestros pueblos. Rafael Garrigós, coordinador artístico de la exposición y una de las claves para que la muestra se haya llevado a cabo habla para “Parroquia en Marcha”.
En primer lugar, enhorabuena porque todo el trabajo ha dado un resultado espléndido y tal esfuerzo está recabando en nuestros pueblos, ¿cuál es la reacción del visitante ante tal maravilla?
Emocionada y sorprendida. La percepción de una imagen en lo alto de un retablo es absolutamente distinta a la que se tiene viéndola con criterio expositivo, como exhibida en un museo. El visitante puede rodearlas, ver calidades, detalles insospechados. La cercanía y la humanidad de las imágenes hace que el espectador pueda sentirlas casi de tú a tú.
Sin duda que el arte de la Iglesia es un arsenal clave para entender no sólo su historia, sino su presente ¿Cómo afecta eso, en particular, a nuestro pueblo, a su historia, a su pasado y a su devenir?
La historia de nuestras imágenes es también la de nuestro pueblo. Ellas han sufrido las guerras, y no solo la Civil, sino también la de la Independencia, o la Desamortización. Nos han acompañado en las tribulaciones…y hoy día mismo en la crisis. Hoy no son solo devociones, sino señas de nuestra identidad cultural. Y ese valor incalculable lo tenemos que saber cuidar y preservar en extremo. Su verdadero milagro es habernos sobrevivido.
¿Qué se te vino a lamente la primera vez que te contaron la idea? ¿en qué pensaste y cómo comenzaste, junto a la Comisión, a trabajar?
Me sentí perplejo y privilegiado, la propuesta me apasionaba por completo y me presté incondicionalmente.La comisión la han formado en parte sacerdotes, un mundo con el que nunca antes había colaborado, pero han sido receptivos a mi tormenta de ideas, me han dejado intervenir en la dramaturgia misma de la exposición, configurar la puesta en escena como si se tratara casi de un auto sacramental. Al fin y al cabo esto es mi trabajo, y todos han depositado en mí su confianza y su amistad.
Y el resultado es una muestra que, aún sin recursos económicos, ha salido adelante gracias a la ayuda de todos…
Así ha sido. SYMBOLON la hemos hecho literalmente entre todos con nuestras manos. Todo el mundo se ha implicado con su esfuerzo: comisiones, parroquias, los ayuntamientos… sacerdotes, laicos, miembros de todas las cofradías -expusieran obras o no- , concejales, voluntarios, gente de a pie… Todos han cedido infraestructuras y enseres que han sido compartidos solidariamente. Entre todos hemos hecho que la justedad de medios económicos se convirtiera en aparente grandeza.
Mostrar el Patrimonio artístico de la Iglesia es mostrar a la sociedad que existen unos valores y unos principios sustentados en la fe que todavía hoy son un pilar clave para comprender nuestro sistema ¿cómo hacer comprender esto a la sociedad través de nuestro patrimonio artístico religioso?
Para mí el arte religioso no exclusivamente cultura cristiana; es cultura básica, en sentido amplio. El ochenta por ciento del la Historia del Arte occidental es tema religioso. En “SYMBOLON” la propuesta no es devocional, aunque el contenido lo sea. No montamos altares, sino que exponemos las imágenes de culto como pieza artística. Aunque, por supuesto, el contenido teológico es inseparable.Pero el espectador debe descifrarlo con libertad. Siempre insisto en que hacemos esta para todos los públicos, no solo para los creyentes.
Conocemos al Rafael Garrigós escenógrafo, al artista del mundo del teatro, pero desconocemos realmente a esa persona apasionada por el arte religioso, por el patrimonio artístico de su pueblo ¿Cómo una persona que se acerca desde un mundo tan distinto –pero tan cercano- como es el de los escenarios llega hasta aquí, donde se habla de la fe en Cristo?
Tú lo has dicho, es un mundo cercano. Yo siempre digo que la Iglesia de mi pueblo fue el primer teatro que pisé. La liturgia, tiene mucho de teatralización, es ritual, pero también es raíz popular, como en nuestra Semana Santa. Cuando esa puesta en escena, se hace con autenticidad, con raíz, con gusto y a través de la belleza, es emocionantísima, es como ver buen teatro por primera vez. Y eso es algo con lo que convivimos en nuestro pueblo desde que nacemos, que nos va un poco en los genes.
Por otra parte a mí me apasiona igualmente todo lo moderno, las vanguardias, el pop, el lenguaje audiovisual…para mí no es contradictorio. Quizá la gente me asimila más a mi trabajo en el teatro, o incluso a nuestro Carnaval. En Herencia es clave dinamizar a la gente, aportar propuestas en que las que podamos colaborar y participar activamente, hacer juntos cosas creativas que nos hagan crecernos contra la apatía.
Y hablar de Rafael Garrigós sin hablar de Sevilla no es posible… La Semana Santa es una de tus pasiones ¿cómo entiendes tú mismo estos días? ¿Qué recuerdos te trae la Semana Santa de tu pueblo desde la capital de la Semana Santa por excelencia como es Sevilla?
Conoces mi vinculación muy especial con Sevilla, desde ya casi veintidós años. La Semana Santa es adictiva. Es un “chute” de emociones, como un chispazo que se nos desvela a cada uno distinto, en lo más íntimo .Y eso a mí me ocurrió allí quizá porque Sevilla desenterró lo que viví desde crío en mi pueblo.
¿Qué cambiarías de la de Herencia y en qué aspectos ves que evoluciona favorablemente?
La Semana Santa en Herencia se ha transformado en los últimos años de manera sorprendente, pero aún le queda casi todo por hacer. Ha mejorado mucho en los aspectos estéticos, en los formales, en la ritualidad, pero también ha crecido con algo de desorden. No todo vale. La mejora del patrimonio debería pasar primero por empezar a mejorar la calidad de las imágenes. En eso “SYMBOLON“ está siendo referencial. Yo espero ver nuestra Semana Santa crecer al resto de los días de la Semana, y quiero ver la vida de las cofradías activa, viva y solidaria todo el resto del año. Y espero poder ayudar con lo que sé.
Sin duda que las Hermandades han sido un pilar clave para que Symbolon se llevara a cabo. ¿Cómo ves su labor hoy día? ¿qué le plantearías a las hermandades como forma de trabajar a sus jóvenes?¿Cómo alentar a la sociedad herenciana actual en pro de conseguir una Semana Santa que realmente nos satisfaga a todos?
Sin las hermandades “SYMBOLON” no habría sido posible. Se han implicado al máximo y han aparcado divismos, rivalidades, roces absurdos, y esa es la lección que debemos aplicarnos en Herencia. Que para que nuestra Semana Santa crezca hay sumar y colaborar juntos, todo el resto del año, y eso implica ceder y consensuar. No es nada fácil. El entendimiento es clave.
Por otro lado hemos empezado a ser conscientes -sobre todo los jóvenes- de que la que la implicación social y solidaria de las hermandades es su verdadera esencia. Estrenar palios maravillosos puede resultar obsceno si no somos solidarios, si en la calle tenemos siete millones de parados, gente que pasa hambre, desahuciados, recortes, enfermos de sida…
Además, por primera vez hemos podido ver una de las tallas más importantes y antiguas de nuestro pueblo semidesnuda, tal cual es: El Cristo de la Misericordia ¿Cómo surgió la idea? ¿Qué tal reaccionó su Hermandad y la organización?
Me parecía una ocasión única para que nuestro Cristo luciera como la obra de arte excepcional que es. Lo propuse a la Hermandad y la respuesta fue todo el tiempo confiada y absolutamente colaboradora. Les doy un millón de gracias por confiar en mí y dejar literalmente al Cristo a mi cuidado. Des-vestir al Cristo a mi estilo ha sido un regalo incomparable. Ha sido sin duda el cliente más importante que he tenido nunca. Un privilegio.
Hemos conocido, a través de Symbolon, no sólo al Rafael Garrigós artista y escenógrafo sino al apasionado por el patrimonio artístico religioso de su pueblo ¿Con qué te quedas de estos días? ¿Una idea que resuma todo lo acontecido?
“SYMBOLON” es creación colectiva, y la hemos hecho con nuestras manos. Haciéndola hemos aprendido unos de otros, yo incluido, tolerancia. A proyectarnos juntos, aunar, crear lazos, sociedad, y solidaridades.