A las once menos cinco de la mañana, un cuarto de hora antes del recreo la sirena del instituto comenzó a sonar sin parar. La consigna era que todos los alumnos tenían que dejar sus clases y evacuar el instituto. Más de 500 alumnos salieron en orden de sus aulas reuniéndose progresivamente en los puntos de encuentro en los patios delantero y trasero del instituto.
Este ejercicio de simulacro de emergencia era dentro de las actividades de prevención con el fin de prevenir cualquier tipo de incidencia, y con la intención de que alumnos, profesores y personal del centro se familiaricen con los procesos de actuación en caso de algún tipo de emergencia en el centro que obligue a su desalojo y a la venida de los bomberos, tal y como sucedió el pasado verano tras producirse un incidente en uno de los laboratorios que afortunadamente tan solo quedó en una falsa alarma.