Etapa 12+1. Perlé a orillas de la frontera francesa

“¡Ah, don ladrón, que aquí os tengo! ¡Venga mi bacía y mi albarda, con todos mis aparejos que me robastes! (Cap. XLIV, 1ª parte de “El Quijote”)

Una etapa más que comienza con algún problemilla debido a los amantes de lo ajeno. Esto te enseña, querido caballero Elías, como tú dices, “que hay que ser más cauto y menos confiado”. Pero bueno, como tú sigues argumentando, “son las cosas del directo”.

Inicias tu ruta con dirección hacia la frontera francesa. Atraviesas San Martín de Ampurias una pequeña pedanía de la localidad de L´Escala donde anoche pernoctaste. La importancia de este enclave radica en la situación en su término del yacimiento arqueológico de Ampurias. Ves los restos arqueológicos desde una valla y  contemplas admirado esas reliquias pétreas de aquella primitiva colonia griega del siglo VI a. C. Hace 2500 años, un grupo de griegos, procedentes de la ciudad de Focea (en la actual Turquía), atravesaron todo el Mediterráneo para extender sus redes comerciales con el occidente conocido en aquellos momentos. Distintas causas y diferentes impulsos, pero el espíritu aventurero de esos helenos se perpetúa en ti, Perlé andante, para conocer nuevos lugares.

Dejas atrás la memoria de la historia y el siguiente pueblo que sale a tu paso es el de Sant Pere Pescador. Sigues recorriendo el Alto Ampurdán y esta pequeña villa te ofrece el encanto del río Fluviá y la cercana presencia del Parque Natural de las Marismas del Ampurdán. Unos restos de una antigua muralla te argumentan el origen medieval de esta localidad.

Acumulando kilómetros llegas a Castelló d´Empuries. Se trata de una localidad con una población algo mayor a la de Herencia, pero que posee un increíble patrimonio civil (donde destaca una Lonja del siglo XIV o una torre Carlista), un abundante legado religioso (con una iglesia y cinco conventos, uno de ellos el de la Merced del siglo XIII), y una maravillosa belleza natural por estar esta villa inmersa, al igual que la población anterior, en el Parque Natural de las Marismas (de Aiguamolls en catalán).

En este municipio paras a comprar algunos víveres, como la tradicional butifarra de estos lares, y en la carnicería conoces a un paisano manchego, natural de Montiel. Son las casualidades de la aventura: Don Quijote inició sus aventuras en el Campo de Montiel y hoy tú conoces a un montieleño en el transcurso de tus vicisitudes en tierras catalanas.

Prosigues por Vilajuiga, en uno de los escasos tramos de estas últimas etapas en las que pierdes de vista el Mar Mediterráneo, ya que dejas al este el cabo de Creus. Se trata de una pequeña localidad situada entre las las sierras de Rodes y la Albera que destaca por el cultivo de la vid para la producción de vino con la denominación de origen Empordà Costa Brava. También es importante económicamente la explotación de un yacimiento de aguas minerales, declaradas de utilidad pública en el año 1904. Su origen antiquísimo lo demuestra su conjunto megalítico de dólmenes y menhires.

Has dejado a un lado a la ciudad de Roses (Rosas en castellano), puerta del cabo de Creus; donde, como curiosidad, se encuentra el Bulli, el restaurante de Ferrán Adriá, declarado el mejor del mundo. Ten cuidado, mi estimado caballero Elías, que como el citado Ferrán sepa de tus dotes haciendo gachas manchegas o paellas, de inmediato impedirá tu marcha para conocer de tu sapiencia y tus artes culinarios.

Y por fin llegas a tu destino del día de hoy en la localidad de Llança, donde de nuevo divisas a tu aliado Mediterráneo. Para tu descanso has encontrado lugar en un Parque de Bomberos donde eres estupendamente tratado. Ducha, cena y cama como tú calificas “de categoría”.

Un hito más en tu aventura pues has superado los 1000 kilómetros de distancia con tu pueblo de Herencia y, si todo va bien, mañana dormirás en territorio francés, pasando la frontera por Portbou.

Ánimo amigo, nuestro reconocimiento es enorme.

Fotografías de Elias Escribano, Perlé por el Mundo, en las orillas de la frontera francesa

 

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