“–¡Dios te guíe y la Peña de Francia, junto con la Trinidad de Gaeta, flor, nata y espuma de los caballeros andantes!
¡Allá vas, valentón del mundo, corazón de acero, brazos de bronce! ¡Dios te guíe, otra vez, y te vuelva libre, sano…!.” (Cap. XXII, 2ª parte de “El Quijote”)
Elías, hoy has vuelto a rememorar tus recuerdos de la época en el que, bajo el amparo del programa Erasmus, viviste en la Francia durante el curso 2011-2012. Y reviviste esos sábados festivos, en el día de ayer con una super-paella o una verbena popular; aunque dicha celebración concluya en territorio francés no más tarde de las once y media de la noche, que allí no es como aquí y los derroches nocturnos son escasos. Como decimos en Herencia allí no son de “sasnochar”. Y luego esos domingos tan dedicados al descanso, nadie trabaja, todo cerrado y nadie por las calles.
Y te despides de Sète, donde has pasado la noche. Las vinculaciones del Mediodía Francés con España aparecen en detalles de los más inesperados. Por ejemplo, un personaje importante del siglo XX de esta localidad no es, ni más ni menos, que el guitarrista flamenco Ricardo Baliardo, conocido como Manitas de Plata. Se trata de un gitano francés que hizo de su toque a la guitarra su forma de vida. Cuenta la leyenda que Pablo Picasso exclamó viéndolo tocar «aquel hombre es mucho más preciado que yo».
Los hijos de Manitas de Plata son los componentes de los grupos Rumba Flamenca o Gipsy Kings.
En tu ruta de hoy pasas por la pequeña población de Frontignan, para dirigirte a la gran ciudad de Montpellier.
Te detienes para un descanso en un local donde venden vino, y como casi siempre los dueños al conocer tu proyecto viajero quieren tener un detalle contigo. Te regalan una tableta de chocolate, y conversáis sobre los diferentes tipos de vino. Tú destacas como provienes de la mayor región de cultivo de vid de todo el mundo, La Mancha, y te extraña que tus interlocutores, pese a comercializar vino, no ubicaran exactamente esta región como una de las más importantes de la geografía vinícola. Así que, caballero Elías, te conviertes en un ideal embajador para reivindicar las excelencias de nuestra comarca.
Y sigues tu trayecto, por una carretera por donde algún que otro coche hace sonar su bocina para animarte durante el esfuerzo que estás realizando. Se agradece esa empatía de la gente que se cruza en el transcurrir de tu caminar.
Durante un tramo una fuerte lluvia hace presencia y después de ponerte chorreando decides buscar un refugio para evitar males mayores. Al término del torrencial aguacero un fuerte viento de cara te acompaña en tu desplazamiento por lo que te oreas enseguida
Vuelvo a escucharte jadeante en un audio que me envías, y escucho de fondo esos programas de Radio Nacional que tienes descargado y que te amenizan tu peregrinación aventurera.
Y llegas a Montpellier, ciudad por donde transitan los ríos Lezz y Mosson, que es una de las más pobladas del país vecino. En su origen (Edad Media) se fundó alejada de la costa para evitar los constantes atraques en la zona de los piratas que accedían a través del Mar Mediterráneo. Formó parte de la Corona de Aragón e incluso algunos reyes aragoneses nacieron en esta urbe. Durante la reforma protestante fue enclave hugonote o calvinista, por lo que al final (en 1622) fue asediada y tomada por el rey francés Luís XIII. Durante la II Guerra Mundial fue bombardeada en varias ocasiones.
Su patrimonio histórico es inmenso, tiene hasta 106 edificios clasificados o inscritos como Monumento histórico.
En esta ciudad nació San Roque, que para la Iglesia Católica es el patrono de los peregrinos. Como no, amigo Elías, hoy nos acogemos a este santo para solicitar su beneficio en tu andadura aventurera.
Merecido descanso. ¡Ah!, y tu rodilla “va de lujo”.
