Perlé y sus peripecias hasta llegar a Bangla Desh. Crónica de las etapas 359 a la 391 del Sábado, 30 de Marzo de 2018 al Jueves, 3 de Mayo de 2018. (32 etapas aventureras).
“El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo”. Gustavo Adolfo Bécquer.
Pido disculpas en la demora de estas crónicas, pero como decía Ortega Gasset somos nostros “y nuestras circunstancias”, y las mías me han impedido cumplir con el compromiso que tengo para todos los seguidores de nuestro Perlé aventurero.
Te dejé Elías con la incertidumbre de ver si te dejaban pasar a los paises vecinos de Bután o Bangla Desh y mirando de reojo futuras incertidumbres para proseguir tu pedaleo por Birmania. Así que durante alguna jornada te mueves en paralelo junto a la frontera indio-butanesa.
Perlé por el mundo. Etapas 359, 360 y 361.
De nuevo tu pedalear caballero te lleva hasta Siliguri, donde disfrutas de la hospitalidad de los sijs, casta guerrera dentro de la cultura india. Por una mínima contribución te dejan pasar la noche en palacios ascentrales, que se abren anti ti como lugares muy limpios, supersilenciosos y donde incluso te invitan al té y puede adecentar tu traje perleriano.
Te encuentras a las orillas de rio Brhamaputra, junto al Parque Natural de Gorumara. Un enclave donde está prohibido el discurrir de vehiculos y por ello está vallado. Desde un principio comunicaste tu deseo de atravesar el parque pero las negativas eran rotundas, sin embargo ante tu insistencia llegaste a hablar con el jefe de los forestales del lugar. Éste seguiá negandose a tu solicitud pero nuevamente tu obtinación consigue sus frutos y te presentan ante el Director del Departamento de Bosques de la región de Bengala Occidental. Este señor entendió tus pretensiones y te dejó atravesar el lugar acompañada por un jeep con los guardias armados con escopetas que vigilaban tu discurrir bicicletero ante la posible aparición de algún elefante, rinoceronte o tigre.
Perlé por el mundo. Etapas de la 362 a 366.
Te vas acercando a la frontera con Bután aún con el riesgo de que no te dejen pasar. Atraviesas la pequeña localidad de Mal Bazzar donde paras a dormir acampado en el interior de una comisaria de policia.
Cerca ya de la frontera duermes en Birpara en un hotel de carreterra desde donde ya divisas el nuevo país.
Llegas a Phuntsholing una ciudad fronteriza en el sur de Bután, con algo más de veinte mil habitantes donde añades un nuevo país conocido por nuestro perlé aventurero.
El Reino de Bután, situado en la cordillera del Himalaya no tiene al mar. Se trata de una nación regida por una monarquía constitucional, cuyos órganos y sede de gobierno se hallan en la capital, Timbu. Con una superficie de algo más de 40.000 km² su población es inferior a los 800.000 habitantes.
Los orígenes del país se remontan al siglo VIII con la introducción del budismo por los tibetanos y la expansión de su imperio hacia el territorio que hoy en día es Bután. Hasta el siglo XVII la población del territorio estuvo siempre en continuas guerras, pero el jefe tibetano Shabdrung Ngawang Namgyal los unificó y comenzó a extender el territorio. La mayor parte de este territorio perteneció a la Compañía Británica de las Indias Orientales. Se independizó, formando parte de la India, del imperio Británico, y posteriormente se independizó de la India firmando un acuerdo con los hindúes para que mantuviesen sus relaciones exteriores.
La dinastía Wangchuck ha gobernado desde entonces e introdujo diversas medidas económicas y políticas, como el índice de la Felicidad Nacional Bruta como indicador principal de desarrollo en lugar de la economía, basada en la agricultura.
Para atravesar Bután te comunican que es necesario hacerlo a través de una Agencia de Viajes con un coste de 250 euros al día que incluye todo: alojamiento, manutención, transporte si fuese necesario,… Evidentemente esta cuantía económica se escapa de tus manos así que pasas la noche en un hotel en la frontera.
A la mañana siguiente visitas la ciudad de Phuntsholing pero sin ánimo de seguir la visita por el país, para no desembolsar la cuantía indicada. Curiosamente para pasar al interior del nuevo país no te solicitaron el pasaporte por lo que tu visita se pudo extender sin ninguna incidencia durante tres jornadas.
Es curioso valorar la naturaleza de un país por el índice de felicidad. Y la verdad es que en las jornadas que has estado en él has descubierto un país muy pacífico, silencioso… La verdad es que el contraste después de los meses por territorio indio ha sido muy destacable. Te quedas con la duda si esas muestras de felicidad son reales o es una coraza para no enfrentarse al gobierno. Observas como “la gente tiene que vestirse de manera tradicional al ir al trabajo”.
Te invitaron a pasar la noche los tenderos de una tienda a la que fuiste a comprar algún yogurt natural. Visitas un templo budista y, como siempre, tu contacto con la gente del lugar, niños y mayores te deja momentos inolvidables.
Al tercer día de estar en la ciudad de Phuntsholing, un funcionario se interesó por tu situación en el país. Al parecer te dejaron pasar la frontera, sin solicitarte el pasaporte, pues te consideraron miembro de un grupo de indios que pasaron por el punto burocrático al mismo tiempo que tú, y qye tienen permitido el asceso por no ser turistas. Este joven empleado de la administración butaní te avisó de tu situación irregular pero, como tú destacas, “con una corrección, con una educación… incluso pidiéndome perdón por la situación”.
Así que, para no adquirir el pack turístico abandonaste el país de forma inmediata.
Perlé por el mundo. Etapas de la 367 a 381.
Vuelves a territorio indio, y en dos jornadas pasando el enclave de Hasimara llegas a la ciudad de Alipurdurar. En tu recorrido atraviesas extensos campos de té. Pasas la noche en casa de un ingeniero informático.
Como ni has podido continuar tu camino por territorio butanés decides dirigirte hacia Bangla Desh.
En tu recorrido ruedas junto al río Bramaputra . Incluso en una ocasión has de atravesarlo en un barco. Son jornadas en las que tu rodar se hace bajo constantes tormentas.
Una noche decides acampar en el interior de una iglesia (de las tantas que hay en estos lares de carácter batista, anglicano o luterana). Una feligresa que te ve te aconseja no hacerlo allí por el riesgo que tiene por una tormenta que se acerca. Esta mujer te invita a cenar y pasas la noche en su casa donde contemplas, impresionado, los efectos de una tremenda tormenta que ha tronchado un arbol y que, al día siguiente, te ha obligado a dar una vuelta para poder regresar a tu ruta hacia Bangla Desh.
Todo este trayecto hacia la frontera bangladesí lo haces por un territorio indio muy distinto al que conocías de etapas anteriores. Es una zona de población indígena, con carreteras recién hechas, muchos enclaves parecen auténticas tribus, sin electricidad. Son zonas remotas con cultos cristianos muy diversos (adventistas, católicos, la iglesia de Jesucristo, la iglesia de los 7 días,…).
Cuando llegas a una zona de comidas, todo el mundo te presta atención y desean sobremanera una foto para el recuerdo con el caballero venido de Occidente.
Son jornadas constantes de subidas y bajadas, “jornadas tronchapiernas”.
El Perlé herenciano atravesando el estado indio de Assam por ciudades como Dubri, Rongran, Williams Agar, Rhongieng y llegando al estado de Mhegalaya a través de la ciudad de Nongstoin.
Así llegas el día 25 de Abril a la capital de estado de Mhegalaya, Shillong, donde tienes cita con la embajada de Bangla Desh para organizar tu transcurrir por este país. Día de fútbol y en los confines de la tierra te enteras del triunfo de tu equipo, el Real Madrid, frente al Bayern de Munich en tierras alemanas.
Perlé por el mundo. Etapas de la 382 a 385.
Acercándote a la frontera con Bangla Desh te llega la siguiente comunicación desde la Embajada de España en Dhaka.
La verdad es que cuando lo leo mi preocupación es grande, pero planteándote mis inquietudes tú las espantas con tu sabida determinación. Todo lo resumes a que en estas jornadas tendrás que “ir con mucho cuidad, máxima precacuión, acampar en lugares seguros, discrección y no llamar la atención”.
Pero tu ánimo no encuentra mella aunque por unos días te conviertas en objetivo de radicales por ser blanco y europeo en un país de extrema pobreza. Bangla Desh está considerado el país más pobre del mundo.
Avanzas aproximándote a la frontera pasando enclaves indios como Jowai, Narpula y Badarpur.
Llegas a la frontera de Bangla Desh por Karimganj y surgen los problemas. Cuando llegaste a este enclave te dicen que para obtener tu visado para el nuevo país debes esperarte un día hábil para el cumplimiento de todos los trámites burocráticas. La cosa pinta negra así que decides pedalear hacia más al sur y pasar al nuevo país por otro punto fronterizo, Agartala, donde los trámites te los hacen en el momento.
Unas jornadas más de pedaleo para parece ser más seguro el éxito de tramitación del visado. Así, que discurres por nuevos enclaves como Damchara, Kumarghat y Ambasa. En estas jornadas vislumbras unos lugares donde el entorno se convierte en algo “asqueroso y sucio”. El motivo es la falta de educación (con un analfabetismo tremendo) y las fustraciones de unos habitantes sumidos en grandes restricciones familiares, cuturales y sociales.
Me haces llegar una anécdota curiosa. Tras recorrer 20 kilómetros tras almozar en un pequeño local has de volver al mismo pues habías lavado unos calcetines, una camiseta y unos pantalones y los habías puesto a tender en una valla mientres tomabas el almuerzo, y luego has salido y se te han olvidado las prendas. Ya lo dice el refrán “quien no tiene cabeza ha de tener piés”.
Te aproximas a la frontera con Bangla Desh y pasas la noche en un hospital de pacientes con lepra, malaria y otras crueles enfermedades (el hospital Makunda); donde has conocido a dos doctores (matrimonio del sur de la India) cuya experiencia de más de 25 años ayudando a los más necesitados te ha dejado huella. Cerca de este lugar un institución cristianan te acoge en su colegio y participas en varias actividades con ellos. Evidentemente no puede falta tu música en directo.
Sientes como en estos lugares te miran como si fueses un extraterrestre, incluso los encargados de atender a los enfermos parecen santificarte al conocer los detalles de tu aventura. Los momentos que pasas con ellos son impresionante y, sin duda, los verdaderos héroes y a los que hay que glorificar es a esas personas que se dedican a ayudar a los más necesitados.
Me mandas el audio al tiempo que me indicas como en la carretera las motos se ponen a tu altura y durante unos metros circulan paralelos a ti observándote totalmente extrañados. Me muestras tu incomodidad con el acoso que a veces sientes ante la falta de pudor de los lugareños para llegar a ti y tocarte, olerte, preguntarte, grabarte… La curiosidad no tiene límites. Tu conversación en inglés una moto que te acompaña durante metros, que escucho en directo, es impresionante.
Perlé por el mundo. Etapas de la 386 a 391.
Últimos días en la India. Sientes que te despides de un país que ha marcada un antes y un después en tu aventura. Muchas anécdotas, momentos inolvidables (para lo bueno y para lo malo), y un crisol de una variedad étnica sin parangón en ningún otro lugar del mundo. Una de las últimas noches en la India pedalea bajo la luz de la luna llena y me envías un audio donde los sonidos de la naturaleza envuelven al Perlé herenciano en una experiencia casi mística.
Recibo tu video donde vives la experiencia de bajar el curso del río montado sobre unos troncos de bambú y recuerdas el trabajo de esos leñadores que bajaban los troncos de los árboles siguiendo el curso del río Tajo en la provincia de Toledo.
El calor del día es tremendo con una humedad que apabulla por lo que decides, pese al riesgo, pedalear por la noche.
Y así el 30 de Abril llegas a la frontera con Bangla Desh en Agartala. Para ser tu último día en la India te desesperas con la desazón burocrática de unas personas que te impiden pasar, en primera instancia, al país vecino. Tu enfado es enorme. Llegas al punto fronterizo totalmente chorreando pues te ha caido una tremenda tromba de agua que te ha calado hasta los huesos. Allí has de esperar a que el funcionario de turno se digne a atenderte en una dejación de sus funciones bastante evidente. Tienes miedo pues el día siguiente es la Fiesta Internacional del Día del trabajo y el día 2 de mayo es una fiesta religiosa de los budista, por lo que temes quedarte en este enclave fronterizo durante todo este puente festivo. Cuando el jefe de la frontera ve tu documentación empieza a ponerte pegas sobre la naturaleza de tu visado indio por lo que te augura que no podrás pasar al siguiente país hasta que no tengas el permiso del ese nuevo país. Les indicas que, según la legislación existente en Bangla Desh, es en la frontera de este nueva nación donde te dan el permiso y no antes. Su cabezonería es exasperante. Te llegan a proponer la locura de tener que marchar a Nueva Delhi para ir a la Embajada de Bangla Desh para poder entrar en el país. Es surrealismo al máximo exponente.
Así que tu paciencia llevada al límite entre funcionarios y militares. Al final has conseguido que se informen y parece ser que en la localidad de Agartala, donde está el punto fronterizo, hay una institución que te puede arreglar los papeles. Menos mal. El problema es que al final tendrás que pasar dos jornadas en el lugar hasta que pasan los días de fiesta y puedas solucionar el asunto. Del mal el menos.
La inundación que has sufrido en tus carmes unida con la desanteción en la frontera y el sentirte grabado a escondidas por los militares del lugar te han provocado una rabieta de la que pronto te sobrepones.
Los sonidos de una procesion budista te ayudan a calmar tu ánimo.
De las consecuencias de las torrenciales lluvias de estos días se hace eco la prensa local e internacional. Hasta quince fallecidos en tan tremendos acontecimientos.
Y así iniciado el mes de Mayo llegas al Bangla Desh.
Amigo Elías, la gente expectante esperando conocer de tus aventuras. Mi retraso en la publiciación de las crónicas ha hecho que muchos de tus seguidores me insten a seguir con mi humilde tarea reportera. De nuevo, mis disculpas por haber dejado un podo de lado el proceso informador de tu recorrer perleriano. En breves días una nueva sucesión de etapas que te llevan hasta Dhaka, capital donde ahora te encuentras.
Me encanta seguir tu aventura por el detalle de los lugares que pasas, de las personas que conoces… pero me impresión sobremanera tu capacidad de no desprenderte de una esencia tan particular que te hacer rememorar fechas tan importante para concienciarnos de la realidad de nuestro mundo global. Como no reflexionar sobre tus pensamientos en el Dia Mundia de la Madre Tierra (22 de Abril):
“El desarrollo está alterando el equilibrio de los ecosistemas, por llamarlo de alguna manera. Y para mi lo más difícil es tener que aceptar que haya que pagarlo con la salud. Eso es a veces lo más difícil. Lo más simple, respirar. En India esta la cuidad más contaminada del mundo, Delhi. En el día Mundial de la Madre Tierra tocó bajarse de la bici y olvidarse de la carretera. Y homenajeando a La Tierra me metí dentro, a las entrañas. En una cueva de 24km de profundidad que fue descubierta recientemente”
Un fuerte abrazo, Perlé.