La primavera y el verano son las estaciones más deseadas y esperadas del año. Especialmente el verano que nos trae las vacaciones, más horas de luz y muchas ventajas más. Pero también tiene un gran inconveniente, las altas temperaturas que llegan a alcanzar los termómetros en determinadas ocasiones y que hacen que la factura de la luz en aire acondicionado aumente.
Un calor que muchos usuarios tratan de de paliar mediante aires acondicionados, ventiladores y otros electrodomésticos similares. Tal es así, que la compra de aparatos de esta clase se dispara en esta época del año hasta en un 200%. Su uso, por desgracia, también lleva aparejado un mayor consumo energético y un incremento notable en la factura de la luz.
Así lo revela un estudio sobre como impacta el gasto energético durante el verano de Acierto.com, un comparador de seguros online, que calcula que este podría aumentar hasta un 30%. En román paladín: casi 170 euros más en la factura eléctrica. No obstante, aquí habrá que tener en cuenta lo caluroso que finalmente sea el verano, del tipo de electrodoméstico que escojamos para sobrellevar la temperatura, etcétera. La compañía, por otra parte, calcula que el aire acondicionado será el principal responsable de este pico energético, ya que un aparato de 2.200 frigorías consume una media que ronda 1.350 vatios la hora. Y las máquinas más antiguas pueden alcanzar los 2.900 vatios.
8 consejos para ahorrar en la factura energética
Afortunadamente, es posible ahorrar en la factura de la luz en verano y evitarse disgustos.
1. Lo primero será elegir el sistema de refrigeración que mejor se adapte a nuestras necesidades. Aquí estamos hablando no solo del electrodoméstico en sí mismo -pingüino, aire acondicionado, ventilador–, sino también de sus características. Por ejemplo, no será lo mismo decantarse por un ventilador de techo que de pie; ni tampoco por un aire acondicionado reversible o multisplit. Los hay compactos y partidos, de distintas frigorías, capaces de integrarse con otras soluciones tecnológicas de nuestra casa, etcétera. Lo ideal será analizar cada uno al detalle e informarse en un centro especializado.
2. A la hora de comprarlo deberíamos valorar, asimismo, las características de la estancia en la que se va a instalar: sus dimensiones, si pueden producirse pérdidas (se estima que el 20% de las necesidades de climatización de las viviendas se producen por pérdidas de frío o calor), cómo se encuentra orientada la estancia, si hay otras fuentes de calor en la misma (en la cocina, por ejemplo, el horno, la lavadora y demás pueden subir la temperatura).
3. Elegir la temperatura adecuada también nos ayudará a ahorrar. Según los especialistas en la materia, la diferencia entre poner el aire acondicionado a 22 grados y un aire a 26 puede suponer un 30% más de consumo energético. Otra alternativa interesante es apagarlo cuando la estancia ya esté fresca; y evitar dejarlo durante toda la noche. Hacerlo nos costará unos 2,40 euros.
4. Otra posibilidad es instalar toldos y cortinas opacas y bajar las persianas durante las horas centrales del día, cuando más arrecia el calor. Una acción de pura lógica que carece de coste alguno. Una medida que apunta en la misma dirección es la de ventilar durante las primeras y últimas horas, procurando crear corrientes de aire que llegan a aligerar la sensación térmica en hasta dos grados centígrados.
5. Aprovechar las horas de luz también será fundamental. Algo que no resulta demasiado complicado en esta época del año. De lo que se trata, no obstante, es de acabar con las malas costumbres: evitar encender la luz por pura inercia cuando entramos en la habitación y similares. Y si es necesario hacerlo, mejor optar por bombillas LED de bajo consumo.
6. Durante las horas del día otro truco radica en bajar las persianas para evitar que las estancias se calienten, instalar toldos y cortinas que frenen la incidencia del astro rey sobre nuestro domicilio, etcétera. También podemos ventilar a primera hora del día y a última, cuando hace fresco y hay cierta corriente de aire. De hecho, hacerlo puede rebajar hasta en dos grados la sensación térmica en la casa.
7. Hidratarnos y comer bien en verano, asimismo, nos ayudará a mantenernos más frescos y a mitigar la sensación de calor; y lo mismo ocurrirá con nuestra vestimenta y con las sábanas que usemos para dormir. Elige preferentemente el algodón y aléjate de las comidas copiosas (opta por las verduras y por aquellos alimentos ricos, por ejemplo, en betacarotenos, que te ayuden a combatir la incidencia del sol sobre tu piel).
8. “En este ámbito, igual que en el de los seguros, es muy importante comparar ”, incide Carlos Brüggemann, cofundador de Acierto. Cotejar las tarifas que ofrecen las diferentes compañías, escoger una que se adapte a nuestros hábitos horarios y necesidades de consumo se han convertido en acciones imprescindibles para ahorrar”, remata el experto. Por fortuna, actualmente 9 de cada 10 españoles comparan antes de comprar. Esto se aplica a toda clase de servicios. Además y en el ámbito del hogar, otra manera de ahorrar a la larga es contratar un seguro de hogar que cubra los electrodomésticos cuando sufran una avería como consecuencia de una tormenta veraniega con cortes eléctricos, por ejemplo.