“La Riada de Consuegra (1891) -Visión desde Herencia-”

Todavía en la memoria colectiva de toda la comarca queda lo acaecido en el mes de Septiembre de 1891 cuando una tremenda riada asoló la villa de Consuegra. Si hubiese que hacer un parte meteorológico de lo acontecido en esa fecha en España, tal y como hacen ahora los hombres y mujeres del tiempo” éste sería el siguiente[1]:

“La posición del anticiclón en Centroeuropa propició una entrada de aire frío y éstas masas de aire se posicionaron sobre el Golfo de Cádiz, situación ideal para que se den fuertes precipitaciones en el sureste español. Fuertes precipitaciones descargaron en la mañana del día 11 de septiembre de 1891 sobre la provincia de Toledo. Al mismo tiempo, tormentas tan intensas o mayores asolaban varios pueblos de Almería y Valencia”.

“La Riada de Consuegra (1891) -Visión desde Herencia-” 5 El día 12 empezaron a conocerse en Madrid los efectos de alguna tempestad horrorosa, por la interrupción de las vías férreas y del telégrafo. El día 13 era público que la catástrofe había alcanzado proporciones extraordinarias en varias provincias, pero especialmente en las de Toledo y Almería. Se hablaba de la destrucción de la población de Consuegra (Toledo) y de 80 muertos en la ciudad de Almería, además de otros pueblos donde la destrucción era muy grande, aunque no se citaban víctimas personales. Albuixoch, Masalfasar y otros pueblos de la provincia de Valencia, habían sufrido también considerables pérdidas.

La crónica leída en la Vanguardia[2] no deja de impresionar para entender la magnitud de lo vivido en aquel día. Estoy escribiendo esta crónica cuando los hechos ocurridos recientemente en Sant Llorenç y sus alrededores han puesto en evidencia lo vulnerables que podemos ser ante los desastres provocados por la Naturaleza.

URGENTE Madrid, 13, 9 noche. El temporal ha causado grandes estragos en varias provincias. En la villa de Consuegra, provincia de Toledo, la inundación ha sido terrible; ha derrumbado la mayoría de las casas. Se reciben de aquella población muchos telegramas que dan noticias contradictorias, y que no permita decir con exactitud, ni el número de las víctimas, ni la importancia de los daños materiales. Uno de los telegramas más pesimistas es el del alcalde de pueblo, que dice que hay 1500 víctimas, ignorándose  el sentido en que emplea la palabra víctima.

Otro telegrama, dice, que el número de muertos es incalculable. Esta terrible  inundación ocurrió el viernes y se atribuye al desagüe total del río Amarguillo, sobre la parte baja de la población.

Las noticias proceden de Urda, Madridejos y Toledo. No existe comunicación telegráfica con la población inundada. Han marchado a Consuegra el gobernador de Toledo y una comisión del Ayuntamiento. Se han llevado un carro con víveres y útiles de salvamento. También han ido gran número de braceros. Hay en aquella población y en toda la comarca un pánico horrible. El hambre y la miseria se ceban en las infelices víctimas del pueblo arruinado por la inundación. El director de Correos, señor Los Arcos, ha salido con auxilios y acompañado por la Comisión provincial de Toledo. Se ha enviado a tos pueblos inundados el resto de los fondos destinados a calamidades públicas Con objeto de socorrer convenientemente a las víctimas se pedirá una transferencia do crédito. Huy no se ha hablado en Madrid más que de esta terrible catástrofe.

Consuegra tiene 6.000 vecinos. La mayoría de las casas son de ladrillo.

Las líneas telegráficas de la mayoría de las provincias, están completamente interrumpidas y con las otras es dificilísima la transmisión.

Es probable que salgan tropas para reparar los desperfectos. Los temporales son generales. Las líneas quo no se hallan interrumpidas son: las de Cáceres y Zaragoza. Las restantes, como he dicho, no funcionan.

 Los trenes de Alcázar de San Juan se hallan detenidos en buen número”.

Como vemos los detalles de la crónica son impresionantes. Por suerte el número de víctimas al que hacía referencia el Alcalde de Consuegra (Don Luís Cantador Rey) se redujo en parte, aunque finalmente el recuento de muertos se situó en una espeluznante cifra de 359 vecinos.

“La Riada de Consuegra (1891) -Visión desde Herencia-” 6 Hace un tiempo, trasteando en el Archivo Diocesano de Ciudad Real me encontré un documento donde el Párroco de Herencia de aquella fecha, Don Salustiano Almeida, hacía su crónica particular de cómo se vivió en nuestra localidad lo sucedido en Consuegra. Interesante visión local de la tragedia consaburense:

Para perpetua  mención.                   Inundación de Consuegra en 1891.

“El día once de setiembre de mil ochocientos noventa y uno amaneció cubierto el cielo con una nube de espanto que duró todo el día con algunos intervalos, terrible el aguacero, especialmente a las seis de la mañana y a la una de la tarde en cuyas horas la lluvia fue torrencial, como en los trópicos. Los truenos se sucedían sin interrupción, durando uno, o una serie de ellos sin interrupción más de media hora, durante la siesta.

A las once de la noche llegó la tormenta al máximun: se inundaron algunas casas del pueblo y entre ellas la del Marqués de Perales y parte de la huerta del Baño, por no ser suficiente el puente de la carretera para dar paso a toda el agua. En esta noche memorable y terrible destruyó el aluvión la mitad de las casas de Consuegra, quedando sepultados entre los escombros mil quinientos cadáveres, más los que arrastraron las aguas y se recogieron en los términos de Madridejos, Camuñas, Villafranca, Alcázar y dos en este término. La inundación se extendió por toda Vega Nueva, llevándose todo el firme de la carretera de esta villa a Alcázar en una extensión de tres kilómetros y rompió el puente de Villarta. Toda Veganueva y Vegones quedaron cubiertos de arena y fango, destruidos los pastos y sembrados por todas partes los maderos, puertas, ventanas, muebles de todas clases, instrumentos de labor… arrastrados por las aguas desde Consuegra, mezclados con cerdos y toda clase de animales domésticos, y cuanto la imaginación puede amontonar en desastre tan horrible. En Puerto Lápiche también se inundaron algunas casas, pero no hubo ruinas, y sólo se ahogó una mujer.

Sólo se conserva memoria de otra inundación en el día catorce de septiembre de mil ochocientos y uno, en cuyo día se inundó Villafranca mientras se celebraba la feria  a poco de entrar el  Santo Cristo en su Emita. Muchas casas se inundaron en este pueblo y en Consuegra; pero hubo ni grandes hundimientos de casas ni desgracias personales. Sólo de este pueblo pereció una familia cogida por la avenida entre Villafranca y el puente del Valdespino, salvándose sólo una niña, llamada Josefa Gómez Tardío, cuyas nietas viven en la actualidad, hijas de D. Valentín Jiménez Mendaño.

El Párroco: Salustiano Almeida.

Nota. El número de desgracia se exageró en los primeros momentos. Cuando se removieron los escombros y se hizo después el recuento resultaron algo más de ochenta víctimas”.

El día 14 de septiembre, se hubo de enterrar un cadáver en Herencia que la riada había traído hasta la localidad sin saber su procedencia. La transcripción literal de del apunte de ese entierro es el siguiente[3]:

“En la villa de Herencia obispado priorato de las ordenes militares en catorce de setiembre de mil ochocientos noventa y uno, de orden judicial se dio sepultura eclesiástica al cadáver de una joven extraída de la inundación con dos iniciales en la camisa P.M., representaba tener unos veintisies años de edad, fue sepultada en el cementerio de esta parroquia”.

En las localidades vecinas a Consuegra la riada arrastró enseres de todo tipo de esta localidad y, según se manifestó desde entonces, algunas familias encontraron elementos de valor que les produjeron pingües beneficios. Como relata Gregorio Peño, en una entrevista que le hicieron en su alfarería de Villafranca de los Caballeros, preguntado por los efectos de la riada en Villafranca y Herencia contesta[4]:

“…dicen que venían cofres y en los cofres a lo mejor algunos traían oro y cosas de valor… y el que tuvo el lance de cogerlo… lo cogió”.

Como curiosidad y para hacernos una idea de la magnitud de la tragedia, hasta el diario americano del New York Times se hizo eco de la gravedad de la noticia[5].

Bibliografía

[1] https://blogdelagua.com/actualidad/las-inundaciones-del-11-de-septiembre-de-1891-en-el-sureste-espanol/

[2] http://hemeroteca-paginas.lavanguardia.com/LVE07/HEM/1891/09/14/LVG18910914-003.pdf

[3] ARCHIVO PARROQUIAL DE HERENCIA, Libro de defunciones de Adultos   (1889-1897). Libro 20, página 67.

[4] PRADILLO DE LA SANTA, Juan Manuel. “Alfareros Toledanos”. Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, 1997. Tomo II, pág. 665.

[5] https://timesmachine.nytimes.com/timesmachine/1891/09/19/103335155.pdf

 

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