Amigo Elías, la última crónica te dejaba a finales de septiembre en Suecia tras el salto intercontinental que te llevó desde Malasia, lugar donde el confinamiento obligado te ha tenido en el dique seco el desdeñable tiempo de siete meses. Desde allí otro salto hasta los Paises Bajos, en concreto Amsterdam, donde tu hermano te recibió con los brazos abiertos y empezaste a vislumbrar apreciados vestigios, sobre todo gastronómicos, de la tradición de tu Mancha natal que empezaban a tomar forma.
No fue tu hermano el único amigo cercano que ha compartido algunas jornadas junto a ti y, aunque la globalidad de la pandemia se muestra por toda Europa, ver rostros familiares te acercan a la realidad de que tu regreso, donde comenzó todo, está próximo.
¿Quién lo iba a decir?
Después de 1569 días y tras haber pedaleado más de 40.000 kilómetros tu aventura perleriana, amigo Elías, ha de asirse a un obligado paréntesis por esa pandemia que durante meses se ha ido instalando en nuestro mundo haciendo de la Tierra un dramático tablero en un inmisericorde puzle donde la amenaza, el dolor y la incertidumbre llegan a todos los confines de la humanidad.
52 meses de periplo aventurero lejos de tu Herencia y tu Mancha llevando un símbolo, tan nuestro, a tantos y tantos rincones donde sus gentes han disfrutado de la presencia de tan particular ciclista.
224 semanas por Europa y Asia en una ruta espectacular que nos ha abierto las puertas a la multitud de tus seguidores, vecinos de tu pueblo y comarca y foráneos que se han ido enamorando de tu propósito de llevar la figura del Perlé al otro extremo del mundo, para conocer tantas y tantas singularidades naturales, artísticas y humanas de las que somos partícipes, sin saberlo, por vivir en este planeta.
Más de 4 años de anécdotas, vivencias y experiencias donde tu don de gentes y pericia innata se han dejado ver en todos los recovecos del camino, a lo largo de los 37 países por los que has transitado. En la víspera de tu salto a España Penélope, una vez más, en su particular encierro, antes de ser embarcada.
Tiempo habrá de rememorar todas tus hazañas, los sustos, las inmensas alegrías, las nostalgias, el temor, la soledad,… pero hoy en tu regreso sólo darte mi más sincera bienvenida, que sé que es un sentimiento general para los que has despertado tantas perspectivas e inquietudes. Tu salida allá en el verano del 2016 fue multitudinaria pero los acontecimientos presentes nos hacen recibirte como a hurtadillas, de poquito a poco…
Deseo enormemente abrazarte y hacerte partícipe del acopio de material que a lo largo de este tiempo he ido organizando sobre tu periplo andante (textos, imágenes, videos…). ¡¡Cuántas jornadas tendremos que compartir para recordar tantos buenos, y algunos no tan buenos, momentos!!
Amigo Elías, insisto, bienvenido a tu pueblo y recibe el merecido calor familiar de tu gente, siente el entusiasmo de los que te escoltábamos como remotos Sanchos Panza por verte entre nosotros y, junto a Penélope –bendita montura-, recorre los rincones de Herencia e imprégnate de esos sentires que tanto has añorado en esas solitarias noches de acampada.
Bienvenido, caballero Elías, al principio de todo,
donde la Mancha se hace cuna y su folklore nana,
donde las leyendas y la esperanza se confunden
en un extenso y entrañable poema de mañanas.
Bienvenido al principio de tan vasta llanura
patria de viñedos, olivos y jarales,
donde en sus entrañas tus gentes
con sudores han ido creando eternos altares.
Bienvenido, quijote Elías, al principio de todo,
donde tu pueblo te recibe sonriendo rimas,
en cantares luminosos que pregonan
que tan particular caballero se aproxima.
Cambiando los molinos de Holanda por los de la Mancha.
Última etapa de esta aventura… de momento.
El Perlé aventurero en la plaza de Herencia cuatro años después.