Villel de Mesa se encuentra al borde de la declaración de zona catastrófica tras ser arrasada por una DANA que ha dejado severas secuelas en el corazón del municipio. El alcalde, Pedro Lozano, ha anunciado su intención de solicitar formalmente dicho estatus debido a los «cuantiosos daños» sufridos. Las consecuencias del fenómeno meteorológico son visibles en las infraestructuras del lugar: alrededor de una veintena de viviendas han quedado sumergidas bajo lodo, la farmacia local ha quedado inutilizable, mientras que tanto el bar como la tienda del pueblo han sufrido también importantes destrozos. La tragedia no termina ahí; una nave agrícola ha quedado completamente cubierta de cereal dañado, y la biblioteca, en la parte baja de las dependencias municipales, ha sufrido también graves inundaciones.
Lozano, visiblemente afectado, ha compartido su honda preocupación por el estado del municipio. La riada no dejó rincón alguno sin impactar. La emblemática plaza del pueblo, que en cuestión de minutos se convirtió en una incontrolable «piscina gigante», es solo uno de los puntos críticos. «No he visto nada igual en mi vida», confesaba el alcalde, quien recordaba los dichos de algunos ancianos del lugar sobre una inundación similar sucedida hace casi un siglo, aunque sin haber sido testigo de algo semejante.
La DANA tomó por sorpresa a los habitantes de Villel de Mesa. Según el relato del alcalde, a primeras horas de la mañana nada hacía prever la magnitud de lo que acontecería. No pasó mucho tiempo antes de que la situación se tornara dramática, con dos metros de agua cubriendo la plaza en menos de una hora. La cantidad de agua que se precipitó sobre el río Mesa, además de las intensas lluvias, conformaron un escenario catastrófico.
A pesar del desasosiego por las considerables pérdidas materiales, Lozano admite un cierto alivio al afirmar que no se han registrado víctimas mortales. «Como hemos tenido la gran suerte de no tener ninguna desgracia personal, se lleva mejor», decía, resaltando además la firme respuesta comunitaria. Los vecinos se han unido en las labores de limpieza, decididos a restaurar la normalidad lo antes posible.
El alcalde ha sido cauteloso en cuanto a proporcionar cifras concretas de los daños y ha preferido que sean los vecinos quienes evalúen y comuniquen este aspecto a la Comunidad Autónoma. «Esto ha sido tremendo. Para saberlo, hay que verlo», decía, dolido por la situación.
Con el apoyo de personal y maquinaria proporcionados por la Diputación Provincial, la comunidad de Villel de Mesa se esfuerza por levantar su municipio en estos momentos difíciles, con la mirada esperanzada en un futuro donde el pueblo recupere su esencia y su vida normal tras esta devastadora experiencia.