En Ciudad Real, las autoridades de Castilla-La Mancha han emitido una serie de recomendaciones técnicas para el manejo seguro de las quemas de restos vegetales en terrenos urbanos, coincidiendo con las épocas de peligro bajo y medio de incendios, que abarcan desde el 1 de octubre hasta el 31 de mayo. Casto Sánchez, delegado de Desarrollo Sostenible en la región, ha subrayado la importancia de seguir estas pautas, que se elaboraron desde la dirección del Centro Operativo Provincial de lucha contra incendios forestales.
Entre las directrices preventivas se destacan medidas esenciales, como evitar realizar quemas cuando el viento supera los 15 km/h y suspenderlas si las condiciones meteorológicas empeoran. También se aconseja no dejar que el humo interfiera con carreteras u otras infraestructuras para minimizar riesgos adicionales.
Es crucial interrumpir la continuidad de los restos vegetales que se van a quemar con otros materiales combustibles mediante una franja libre de elementos inflamables. Los restos deberían situarse lo más alejados posible de cualquier área forestal y ser monitoreados continuamente para evitar una propagación no deseada del fuego.
Contar con un equipo de personas y medios adecuados para gestionar la quema y extinguir cualquier conato de incendio es otra de las recomendaciones fundamentales. En caso de que la situación se salga de control, se debe contactar de inmediato con el servicio de emergencias llamando al 112.
La verificación del Índice de Propagación Potencial de Incendios Forestales (IPP) es vital antes de proceder con la quema. Esta actividad está prohibida durante la época de peligro alto y extremo, del 1 de junio al 30 de septiembre, ya que el uso de fuego en el medio natural está vetado por completo.
Por último, las autoridades aconsejan no comenzar las quemas con menos de dos horas de luz solar por delante y asegurarse de apagarlas completamente antes de ciertos periodos, dependiendo del nivel de IPP. Se enfatiza la importancia de una vigilancia permanente durante la quema y permanecer en el lugar hasta que no queden llamas, humo o brasas encendidas.