La Guardia Civil de Ciudad Real, a través del Equipo @ de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ), ha desarticulado una trama delictiva en la denominada ‘Operación PROFEL’ que ha culminado con la identificación y captura de un individuo acusado de estafa, blanqueo de capitales y falsedad documental. El presunto responsable, quien trabajaba como director de una sucursal bancaria en la provincia, presuntamente aprovechó su cargo para llevar a cabo transacciones ilícitas utilizando las terminales de sus compañeros sin su conocimiento.
La investigación se inició luego de que un familiar de una persona fallecida descubriera irregularidades en la cuenta bancaria del difunto, la cual se encontraba casi vacía sin justificación aparente. Ante esta situación, decidió presentar una denuncia ante la Guardia Civil. Según el comunicado del cuerpo de seguridad, el detenido habría logrado defraudar un total de 59.250 euros. Su estrategia consistía en manipular cuentas de clientes fallecidos o inactivas, facilitando los movimientos fraudulentos.
Cabe destacar la colaboración estrecha entre la Guardia Civil y la entidad bancaria para esclarecer los hechos. La entidad no solo ha cooperado en todo momento, sino que también se ha constituido como acusación particular en el procedimiento judicial. A través de estas acciones conjuntas, se logró identificar a más víctimas; un total de catorce perjudicados, en su mayoría ancianos o personas fallecidas, también fueron blanco de este esquema delictivo.
Además, los fondos ilícitamente obtenidos han sido restituidos a sus legítimos propietarios. La investigación desenmascaró el método del director bancario, quien controlaba las cuentas vulnerables regularmente, falsificando firmas y generando nuevas credenciales de seguridad para crear duplicados de cartillas bancarias. Así, realizaba extracciones sin levantar sospechas al utilizar equipos de sus compañeros cuando estos no estaban presentes.
Las diligencias de este caso han sido remitidas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de Daimiel. Como resultado de esta operación, se ha generado un llamado de atención sobre la necesidad de implementar mecanismos de protección más robustos para clientes ancianos y aquellas cuentas con fondos inactivos, a fin de impedir que situaciones similares vuelvan a ocurrir y para proteger a los más vulnerables.