En un operativo reciente, la Guardia Civil de Albacete ha dado un golpe significativo al comercio ilegal de productos falsificados tras una minuciosa investigación que concluyó con la intervención de 217 prendas de vestir y 150 artículos de cosmética y perfumería falsos. El sospechoso, un vecino de 37 años de Villarrobledo, se enfrenta a acusaciones de un delito contra la propiedad industrial.
Las pesquisas se iniciaron gracias a la colaboración ciudadana, que alertó a las autoridades acerca de las sospechosas actividades del individuo, quien utilizaba plataformas en línea para vender estos productos imitados. Los agentes del Destacamento Fiscal y de Fronteras centraron su atención en una popular red social, donde el acusado promovía de manera intensiva sus artículos, ofreciendo productos de marcas reconocidas a precios sospechosamente bajos.
La investigación reveló que el sospechoso no solo promocionaba sino que también gestionaba la distribución de los productos, recibiéndolos en grandes cantidades en su domicilio mediante distintas empresas de envíos. Posteriormente, los redistribuía a clientes en varias regiones del país. Este flujo constante de mercancía llamó la atención de las fuerzas del orden, quienes montaron una operación de seguimiento y control.
Finalmente, la intervención culminó con la detención del sospechoso mientras conducía una furgoneta repleta de cajas que contenían tanto prendas como cosméticos de prestigiosas marcas. La inspección detallada de estos productos levantó sospechas sobre su autenticidad, al no poderse demostrar la procedencia legal de los mismos. Entre los artículos confiscados se encuentran 75 chándales, 50 frascos de perfume y 100 envases de cremas, cuyo valor en el mercado legal habría superado los 37.000 euros.
Con la conclusión de las diligencias, el caso fue remitido al Juzgado de Instrucción Número 1 de Villarrobledo, que ahora está a cargo de las investigaciones judiciales pertinentes. Esta operación subraya la importancia de la colaboración ciudadana y el papel fundamental que desempeñan las autoridades en la lucha contra el comercio de productos falsificados, una actividad que no solo afecta a las marcas, sino que también pone en riesgo a los consumidores.