En un ambiente festivo y lleno de alegría, las tradicionales ‘pre-uvas’ han tenido lugar en numerosos pueblos y ciudades, siendo Guadalajara uno de los escenarios más animados. Este evento, dedicado principalmente a los niños, les permite despedir el año con doce horas de antelación, reemplazando las clásicas uvas por gominolas sin gluten, en un gesto inclusivo que celebra la diversidad alimentaria.
Este año, debido a las obras en el campanario del Ayuntamiento, la celebración se trasladó de manera excepcional a la Plaza de la Concatedral de Santa María. En este nuevo emplazamiento, los más pequeños expresaron sus deseos para el año que viene, rodeados de familiares que compartieron la emoción del evento. Aunque en su mayoría los deseos de los niños estaban ligados a regalos y juguetes, también se escucharon peticiones más profundas relacionadas con la paz, la salud, y el deseo de viajar con sus padres, reflejando un sentido de responsabilidad social y apoyo a valores universales durante este momento de celebración.
La jornada estuvo marcada por un ambiente festivo lleno de juegos y diversión, amenizada por un speaker que actuó como maestro de ceremonias. La Plaza de Santa María se transformó en un punto de encuentro familiar, con una verbena que incluyó canciones de diferentes épocas, lo que atrajo a numerosos miembros de la Corporación Municipal.
Santiago López, concejal de Festejos, compartió su entusiasmo por el futuro, deseando a los ciudadanos de Guadalajara un 2025 «cargado de magia y de muchas cosas buenas». La jornada se presentó como un escaparate de felicidad, donde el concejal y otros representantes se unieron a los niños para disfrutar de un divertido concierto infantil a cargo de Alboroto, en el que hubo música en directo, juegos y grandes títeres, creando un espacio ideal para que las familias gozaran juntas.
La alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, también estuvo presente en la celebración, reflejando la alegría de estas fiestas en muchos hogares. Destacó que estos momentos son de los más bonitos y concurridos en la Navidad, donde los niños son capaces de transmitir esa especial emoción de las celebraciones. La regidora también recordó la mudanza temporal del evento debido a las obras y dejó un mensaje de esperanza para el próximo año: «Que sea un año en el que no nos falte la salud».
Con una cita repleta de color, dulces y recuerdos creados por padres e hijos, las ‘pre-uvas’ se han consolidado como una celebración querida por muchos, con el deseo ya expresado de repetir la experiencia en 2025.
