En una jornada marcada por el debate político y las reflexiones sobre el futuro del sistema autonómico español, Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, ha planteado una propuesta ambiciosa: la armonización entre las regiones del país. Durante su intervención en el ciclo de conferencias y debates ‘Letras en Sevilla’, García-Page abogó por una mayor coordinación entre las comunidades autónomas, sugiriendo que los 17 presidentes autonómicos podrían tomar decisiones más efectivas que el actual modelo de relación con el Estado central.
El presidente castellanomanchego subrayó la importancia de enfrentar el que considera uno de los mayores desafíos económicos del sistema: el gasto farmacéutico. Según García-Page, dicho gasto representa una «auténtica hemorragia» que podría llegar a duplicarse si no se controla de manera efectiva mediante acuerdos interregionales.
El evento, titulado «¿Políticos: solución o problema?», tuvo lugar en la sede de la Fundación Cajasol, en un diálogo compartido con Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León. García-Page defendió el papel de las autonomías como un «éxito sin discusión», destacando su contribución a la cohesión de España y su rol como contrapeso frente a las tentativas independentistas, que, según él, están motivadas por un «egoísmo puro y duro» que pone en jaque la igualdad entre territorios.
Durante el debate, se abordó también la cuestión controvertida de la condonación de la deuda a Cataluña. García-Page expresó su descontento con lo que considera un enfoque limitado del Congreso, centrado en los intereses de grupos minoritarios en lugar de en el bienestar del conjunto de España. En su opinión, esto evidencia un «defecto democrático elemental» que fomenta un mercado territorial anacrónico, agravado por las crecientes disparidades en el reparto de la financiación.
El presidente castellanomanchego enfatizó que las tensiones actuales están vinculadas a un desequilibrio entre las competencias autonómicas y la financiación estatal. Denunció que, mientras las autonomías han incrementado significativamente su actividad, a menudo se ven obligadas a endeudarse debido a una financiación insuficiente, lo cual contrasta con el crecimiento de los ingresos del Gobierno central.
Finalmente, García-Page manifestó su preocupación por el concepto de «financiación singular» para ciertas comunidades, alegando que esta práctica contraviene sus ideales de cohesión territorial y justicia social. Como líder socialista, insistió en que la verdadera izquierda no debe comprometer la igualdad por chantajes o amenazas, y destacó la necesidad de encontrar soluciones que fortalezcan la unidad nacional.