Distinción al Colegio de Aparejadores de Albacete: Premio a la Permanencia en Obra Nueva del COACM

Silvia Pastor

El edificio del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Albacete, diseñado por los renombrados arquitectos Francisco Candel y Juan Caballero, ha sido honrado en la segunda edición de los Premios de Arquitectura y Urbanismo del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM). Este reconocimiento, concedido en la categoría de «Permanencia Obra Nueva», distingue aquellas construcciones que han demostrado su capacidad de adaptación y perdurabilidad a lo largo del tiempo, particularmente las que superan los 20 años de antigüedad.

El jurado destacó la consistencia y la durabilidad del diseño arquitectónico, un aspecto que, según Candel, no solo depende de la calidad de la construcción, sino también del cuidado que le proporcionen sus usuarios. «La obra debe estar bien construida, y esa sí es nuestra responsabilidad. Sin embargo, también es necesario que el usuario la cuide, como patrimonio que es de la ciudad donde se construye», señaló el reconocido arquitecto.

Este premio subraya también la importancia de una adecuada protección para la arquitectura contemporánea, un tema recurrente en los debates sobre arquitectura y patrimonio en la región. Candel expresó su pesar por el deterioro de varias de sus obras, como la Ciudad Deportiva de Albacete y la Casa de Perico, que solo pueden ser apreciadas en su forma original a través de fotografías debido a modificaciones y mal uso que han distorsionado su esencia original.

Durante las recientes II Jornadas de Arquitectura y Patrimonio, se discutió sobre la necesidad apremiante de crear un inventario de edificios contemporáneos con valor arquitectónico, para así evaluar su grado de protección. La decana del COACM, Elena Guijarro, subrayó la importancia de mantener un diálogo continuo con los legisladores para avanzar en esta área.

El edificio del Colegio de Aparejadores se erige como un hito en la trama urbana de Albacete, destacándose no solo por su diseño innovador que incluye una fachada autónoma y un uso eficiente del espacio interior, sino también por su capacidad para integrarse y adaptarse al entorno. Desde su finalización, ha mantenido su estado original, al margen del deterioro que han sufrido otras obras contemporáneas en la ciudad, reflejando tanto la calidad de su construcción como el adecuado mantenimiento recibido.

Candel y Caballero, quienes poseen una destacada trayectoria profesional, han sido reconocidos en ediciones anteriores de estos premios, consolidando su importancia en el ámbito arquitectónico de Castilla-La Mancha.

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