La Romería de la Virgen de Alarcos en Ciudad Real ha reafirmado su importancia cultural y comunitaria con una participación masiva. Este año, más de 6.000 personas acompañaron a la Virgen desde la iglesia de San Pedro hasta su Ermita, en un recorrido que destacó por momentos especiales como las paradas en Santo Tomás de Villanueva y La Poblachuela. En estos puntos, se realizaron actividades significativas, como el traslado en carreta y la hospitalidad de los huertanos que ofrecieron migas y bebidas a los peregrinos.
Desde temprano, la función religiosa ya presagiaba una gran afluencia de público. Frasi López, presidenta de la Hermandad, expresó su satisfacción por el crecimiento en el número de participantes y destacó que la Hermandad ha incorporado a más de 100 nuevos miembros en el último año. Este incremento es considerado un éxito y una motivación para seguir recuperando el número de romeros.
El alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, junto con miembros de la corporación municipal, acompañó a los devotos en el peregrinaje. Según Cañizares, la participación fue extraordinaria y refleja el profundo cariño que se tiene por la Virgen de Alarcos en la capital y sus alrededores, especialmente en Valverde.
El incremento en la participación fue evidente, aunque las altas temperaturas hicieron el recorrido más desafiante. Los gritos de «viva la Virgen de Alarcos» resonaron en todo el trayecto, cobrando especial intensidad cuando los mozos de Valverde llevaron la imagen hasta la Ermita. Al principio, la Virgen fue portada por los costaleros de las Hermandades de La Flagelación y de Jesús Caído, acompañados por la charanga Malafama.
La llegada a la Ermita fue celebrada con una ofrenda floral a la Virgen, seguida de bailes folclóricos a cargo de la asociación de coros y danzas de María José Melero y participantes del XXVI Festival Nacional de Folclore Virgen de Alarcos. El grupo local Nuestra Señora del Prado encabezó las actuaciones.
La jornada continuó gracias a la participación de la Federación de Peñas Alarcos y diversas asociaciones locales, que ofrecieron refrescantes limonadas y platos típicos manchegos, prolongando una tradición que sigue viva en el tiempo. El lunes se espera continuar con las celebraciones con la tradicional función religiosa y una procesión alrededor de la Ermita.