El municipio de Yepes, en la provincia de Toledo, ha cobrado una renovada importancia histórica tras el descubrimiento de documentos que prueban que los desposorios entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón se firmaron en esta localidad el 6 de febrero de 1469. Este hallazgo, realizado por el historiador Alfredo Pastor Ugena, revalida el papel crucial de Yepes como enclave eclesiástico significativo.
Los registros, que contienen elementos paleográficos y lingüísticos del siglo XV, confirman la autenticidad de los documentos y aseguran la participación del influyente prelado Alonso Carrillo en el evento. Esta revelación no sólo resalta la relevancia de Yepes dentro del arzobispado de Toledo, sino también su conexión con la nobleza y la monarquía.
En los meses previos a la firma, Isabel permanecía en Ocaña bajo la tutela del marqués de Villena, Juan Pacheco. Allí se desarrollaron las Cortes de Castilla con el objetivo de ratificar el Pacto de Guisando, que reconocía a Isabel como heredera y proponía reformas para estabilizar el reino.
El descubrimiento aporta detalles sobre cómo los dignatarios de ambos contrayentes, como Pierres de Peralta y los agentes aragoneses Ferrer y Fatás, facilitaron las negociaciones entre Ocaña y Yepes. Estos desposorios allanaron el camino hacia las Capitulaciones de Cervera y el matrimonio en Valladolid, un enlace que, pese a su carácter privado y la falta de bula papal, sentó las bases de la futura unión de los Reyes Católicos.
Además, se señala el rol de Yepes y Cervera en los preparativos necesarios para el acto. En 1471, el Papa Sixto IV concedió finalmente la bula de dispensa, gracias a la mediación de Rodrigo Borgia. Este acontecimiento histórico, que culminó con el matrimonio de Isabel y Fernando, no solo unificó los reinos de Castilla y Aragón, sino que también transformó el curso de la historia española.
