El conflicto entre el ministro de Transportes, Óscar Puente, y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha escalado tras el reciente Comité Federal del PSOE. Puente expresó su desacuerdo este lunes con las críticas de García-Page hacia el partido, calificando su comportamiento de «talante democrático nulo» y de realizar una «enmienda a la totalidad» desde una posición «absolutamente minoritaria».
Durante el cónclave socialista, García-Page solicitó al presidente Pedro Sánchez que se sometiera a una cuestión de confianza, provocando la respuesta de Puente, quien tachó de «hipocresía» la postura de García-Page. Desde Uña, Cuenca, García-Page contestó sugiriendo que la mayoría de sus críticos no podrían sostener un examen de sus propios comentarios pasados. Asimismo, acusó a ciertos miembros del partido de realizar «ofensas» y «ataques», como si el hecho de pertenecer al partido les permitiera insultar a sus compañeros.
En una entrevista con TVE, Puente insistió en que las palabras de García-Page no contenían «crítica» constructiva, sino un reproche total hacia la dirección del partido. Además, destacó que si García-Page tuviera un proyecto viable, debería haber presentado una candidatura que, según Puente, habría sido rechazada por la mayoría de los militantes.
Por otro lado, Puente habló sobre el caso de Francisco Salazar, quien iba a ocupar el puesto de adjunto a la Organización del PSOE, pero fue cuestionado por denuncias de malos tratos. El ministro declaró que dichas acusaciones carecen de fundamento y están fuera de lugar dentro de la estructura del partido. Conocedor de Salazar, Puente afirmó no haber escuchado queja alguna en su contra. Sin embargo, subrayó que cualquier persona que supiera de estos incidentes y no los denunciara sería «un impresentable» y debería responder ante la organización.