En un contexto de reto para el comercio exterior, Castilla-La Mancha ha logrado destacarse con un notable incremento en sus exportaciones durante el mes de agosto. Según datos recientemente publicados por el ICEX, las exportaciones regionales han alcanzado un valor cercano a los 830 millones de euros, lo que representa un crecimiento del 3,7% respecto al mismo mes del año anterior. Este desempeño sobresale especialmente en comparación con la tendencia nacional, que ha visto una caída generalizada en las ventas exteriores.
La consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, ha destacado este avance en medio de las dificultades internacionales, señalando que la región se posiciona como la cuarta con mayor crecimiento acumulado en términos interanuales durante los primeros ocho meses del año.
Entre los sectores que lideran este crecimiento, la alimentación y bebidas se mantiene a la cabeza con 292,5 millones de euros, representando el 35,2% del total de las exportaciones de la región. Aunque este sector ha experimentado una ligera caída interanual del 2,7%, otros campos han compensado esta disminución. Los bienes de equipo han registrado una notable subida del 15,1%, alcanzando los 175,5 millones de euros, mientras que los productos químicos han experimentado el mayor crecimiento con un 22,3%, sumando 128,8 millones de euros.
En el análisis por provincias, Toledo se sitúa como líder indiscutible, con exportaciones valoradas en 294,4 millones de euros y un incremento cercano al 10% interanual. Le siguen Guadalajara y Ciudad Real, con aumentos del 5% y 0,8% respectivamente. Sin embargo, Albacete y Cuenca han registrado un comportamiento adverso, con retrocesos en sus exportaciones del 0,8% y 12,6%.
Castilla-La Mancha ha sumado un total de 7.355,7 millones de euros en exportaciones desde enero hasta agosto, la cifra más alta para este periodo. Este resultado refleja un crecimiento acumulado que roza el 7%, significativamente superior a la media nacional del 0,3%. La región demuestra así un carácter resiliente, particularmente en sectores como la alimentación y bebidas, que han crecido un 7% en los primeros ocho meses del año.
Este desarrollo posiciona a Castilla-La Mancha como una de las comunidades autónomas más dinámicas en el panorama exportador español, pese a los desafíos internacionales, como las políticas arancelarias de la administración estadounidense y otras amenazas globales.