El colectivo fotográfico «Raw» presenta una invitación a la reflexión sobre la vida y la muerte con su nueva exposición «Tánatos», abierta al público en el Museo Cristina García Rodero hasta el 29 de noviembre. Esta muestra ofrece un recorrido visual por la riqueza artística y cultural de los cementerios a través de medio centenar de fotografías realizadas por ocho autores.
La exposición destaca por su capacidad de abordar la simbología funeraria, revelando el arte y la arquitectura que encierran estos lugares de memoria. En Puertollano, los visitantes pueden apreciar dos fotografías dedicadas a los monumentos conmemorativos de la memoria histórica, honrando a los fallecidos de la guerra civil y a las víctimas de la represión durante la posguerra.
El concejal de cultura, Juan Sebastián López Berdonces, enfatizó que «Tánatos» ofrece diversas maneras de contemplar el hecho funerario. Es una oportunidad para explorar la simbología alrededor de la muerte, desde urnas y esculturas hasta cruces y calaveras. La muestra también incluye referencias al cementerio de Normandía y personajes históricos como el General Aguilera.
Gracia Nieto, integrante del colectivo «Raw», resalta que los cementerios son lugares de memoria y amor, y subraya la dimensión artística y arquitectónica que poseen. La exposición, vinculada al reciente Día de los Difuntos, pretende rendir homenaje a los que han partido, recordando que la vida y la muerte son inseparables.
Ocho fotógrafos han contribuido a esta muestra, explorando temas variados: Juan Antonio Olmeda Martín se centra en la cultura funeraria europea, Gracia Nieto Sánchez en «In memoriam», y Alfonso Torres Consuegra en las tumbas olvidadas. Jerónimo García-Béjar Ruiz explora las esculturas para la memoria, mientras Marta Torres Martínez trata la simbología funeraria. Sandra Beldad Colado destaca la memoria democrática, Federico Grande los panteones ilustres de Ciudad Real, y Carmen Ocaña Gómez el «ausente presente».
Esta exposición es una reflexión visual profunda para aprender a vivir bien, recordando siempre la inevitabilidad de la muerte.



















