En los próximos meses, millones de conductores en España deberán incorporarse a la tecnología al incluir en sus vehículos la nueva baliza V16 conectada, que será obligatoria a partir del 1 de enero de 2026. Este dispositivo luminoso marcará el fin de los triángulos tradicionales como método de señalización ante averías y accidentes en carretera, una medida que busca reducir el número de atropellos y mejorar la seguridad vial mediante el uso de dispositivos conectados.
El cambio responde a una inquietante estadística: cada año, aproximadamente 25 personas son atropelladas tras bajar de sus vehículos para colocar los triángulos. La nueva baliza V16 permite eliminar ese riesgo crítico, ya que se activa desde el interior del vehículo. Al ser colocada sobre el techo, emite una potente luz ámbar visible en un radio de 360 grados y hasta a 1.000 metros de distancia en condiciones óptimas. Además, envía automáticamente la ubicación del vehículo a la plataforma DGT 3.0 gracias a un sistema de conectividad integrado, que no supone coste adicional para los conductores.
El dispositivo debe cumplir exigentes estándares técnicos que incluyen una luz intermitente visible en 360 grados y al menos 30 minutos de autonomía con alimentación interna de larga duración. La norma permitirá que hasta finales de 2025 los conductores puedan optar entre los triángulos y las balizas V16 no conectadas, pero desde el inicio de 2026, solo las balizas conectadas serán aceptadas.
También se especifican las responsabilidades: los conductores de turismos, furgonetas, autobuses, y camiones deberán llevar la baliza, mientras que las motocicletas, aunque no están obligadas a equiparlas, sí enfrentan fuertes recomendaciones por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT) para mejorar su seguridad.
La tecnología avanzada de la baliza V16, que integra GPS y una tarjeta SIM para enviar datos de localización a la nube de la DGT, está diseñada para funcionar en todo tipo de condiciones, asegurando que la señal luminosa opere incluso en ausencia de conexión. Sin embargo, el dispositivo no envía alertas automáticas a servicios de emergencia o grúas, esa responsabilidad sigue siendo del conductor.
Ucronía versa sobre las preocupaciones de privacidad asociadas al dispositivo. La Agencia Española de Protección de Datos ha garantizado que la baliza opera en estrictos términos de anonimato, evitando así el rastreo inapropiado de conductores. Solo se transmiten coordenadas y datos técnicos del incidente sin asociarse a datos personales.
En cuanto a su uso, el protocolo recomendado en caso de emergencia incluye estacionar el vehículo en un lugar seguro, encender la baliza desde el interior, valorando si es seguro abandonar el coche. La adopción de esta medida busca modernizar las herramientas de seguridad vial, facilitando además una transición hacia un ecosistema de vehículos conectados.
Con el auge de esta normativa también ha surgido un mercado en expansión para las balizas V16, pero la DGT advierte de la necesidad de asegurarse de que los modelos seleccionados estén homologados y que cumplan con los requisitos reglamentarios. Asociaciones de consumidores han alertado sobre posibles fraudes, por lo que se invita a los conductores a verificar que sus dispositivos figuren en el listado oficial de la DGT antes de su adquisición.
Este cambio representa un paso significativo hacia la intersección de tecnología y transporte, anticipando un futuro donde la seguridad vial se integra más estrechamente con soluciones tecnológicas de vanguardia. Los conductores deben prepararse no solo para cumplir con una nueva normativa, sino para participar en una revolución gradual hacia un ecosistema vial conectado.
