En Castilla-La Mancha, se está desarrollando una situación preocupante que afecta a unas 500 personas involucradas en el sector del transporte escolar, particularmente a las mujeres encargadas del acompañamiento en dichos servicios. Estas trabajadoras enfrentan condiciones laborales precarias que han persistido a lo largo de los años, a pesar de la importancia crítica de su labor en la seguridad y el bienestar de los estudiantes.
A pesar de que sus contratos laborales estipulan jornadas de tres o cuatro horas diarias, la realidad para estas profesionales es muy diferente. Se ven obligadas a pasar hasta ocho o nueve horas lejos de sus hogares, un desajuste significativo que tiene serias repercusiones en sus vidas personales y económicas. Los salarios que reciben no compensan las largas jornadas, lo que las coloca en una posición de desventaja y vulnerabilidad.
La empresa encargada de administrar este servicio, Atlas Servicios Empresariales, mantiene el contrato con la Consejería de Educación desde hace más de dos décadas. Sin embargo, en todo este tiempo, no se han registrado avances significativos en las condiciones laborales de las trabajadoras. Esta situación ha perpetuado un estado de miseria laboral que inquieta tanto a las afectadas como a la sociedad en general, que mira con preocupación el trato que reciben quienes desempeñan tareas fundamentales para la comunidad.
La problemática es más que una cuestión económica; también es una llamada a la reflexión sobre las condiciones laborales en el sector público. La falta de mejoras sostenibles y la dependencia a la que se ven sometidas estas trabajadoras exigen una revisión de las políticas y medidas que aseguren condiciones de trabajo dignas. Es esencial que se implementen estrategias que protejan a los trabajadores y valoren adecuadamente su contribución a servicios esenciales como el transporte escolar.

















