Herencia, tierra de pintores. Los Madero y su arte.

Herencia, tierra de pintores. Los Madero y su arte.

Escultura de Jesús Madero. Casa-Museo de La Merced. HerenciaDe siempre llamó mi atención el movimiento pictórico que se respira en Herencia. Pintores de mano diestra, de firme pincel y de trazo seguro abundan por doquier. Quizá el más aplaudido de crítica y público sea Agustín Úbeda, pero no está solo, Ahí están: el acuarelista Martín Casado, premiado y vuelto a premiar en infinidad de certámenes y ocasiones; Manuel Fernández Caballero, pintor impresionista, cuyos lienzos emocionan gratamente por la luz y viveza de los colores combinados; Mata y sus cuadros costumbristas; otros aquí afincados, así la pareja formada por Higueras e Higorca, o jóvenes promesas que pretenden encontrar su lugar, como Carlos Gallego o aprendices que se forman en el Taller de Pintura de la Universidad Popular y en diversas facultades universitarias…todos ellos, unidos a algunos coleccionistas de arte o a espacios como la Casa-Museo de la Merced o la Sala Municipal de Exposiciones “Agustín Úbeda” hacen que nos encontremos con un municipio promotor y afecto al arte.
Hoy queremos presentar a un par de creadores, los Madero, ellos son padre e hijo. Jesús Madero Fernández-Bahillo (Herencia 1931), el padre, es pintor de la tierra que haciendo honor a su apellido a tenido también sus coqueteos con la escultura, trabajando la madera y otros materiales; y su vástago, Jesús Madero García-Mascaraque (Barcelona 1962), es fotógrafo que capta la esencia de su entorno para devolvérnosla en papel transformado en arte. Ambos ofrecen en exposición mixta lo mejor de su obra a sus paisanos y a su pueblo de Herencia. La Sala “Agustín Úbeda” brinda la oportunidad única de adentrarnos en la singular labor de estos convecinos, unidos por vínculos sanguíneos y por parentescos artísticos.
Madero, senior, es pintor autodidacta, insertado dentro de un realismo que raya en ocasiones con el impresionismo. Admirador confeso de los pintores Antonio López Torres y Manuel López Villaseñor, creador de corte clasista, siente la tierra como algo muy propio y gusta plasmarla en el lienzo virgíneo. Es y se siente de La Mancha, de ahí los temas tratados: escenas costumbristas del mundo rural, labores agrícolas y ganaderas, El Campo de San Juan o Los Montes de Toledo, casas de labranza, viñedos y apriscos de ovejas…en capítulo aparte, merecen destacarse sus olivos. Madero es el pintor de los olivos por excelencia, olivares plateados, prendidos entorno a lomas y laderas. Hileras hilvanadas de olivos, revestidos de un soplo mágico, firmemente tratados, en tonos verdosos y grisáceos, luminosos y reales, dotándoles de una característica peculiar que define a Madero y le singulariza.
La Casa-Museo de La Merced de la villa de Herencia muestra, en su exposición permanente, la obra de Madero, en ella hallamos, además de los temas antes aludidos, figuras humanas de gran originalidad y sencillez, destacando sus desnudos femeninos o los rostros de color de grandes y expresivos ojos blancos, bodegones en los que emergen membrillos casi hiperrealistas y sus temas cervantinos, tan ocurrentes como ocurridos. Sanchos, Quijotes, lanzas y molinos. Personajes y paisajes, realismo y figuración en plena conjunción. Hay un halo de nostalgia en sus cuadros, recuerdos de tiempos pasados, en los que las faenas de la trilla o las de la recolección de la uva, la aceituna o el azafrán marcaban el peso de las horas y los días, imponiendo a cada uno su propio afán. Pienso que Jesús Madero, mediante estas escenas locales y cotidianas pretende ser fiel a sus raíces, al tiempo que reivindica los valores tradicionales que impregnan el ser y la esencia del mundo que informa los altos aires y las anchas tierras de La Mancha.
Las esculturas que crea nuestro autor son originales donde las haya, utilizando y reciclando todo material de desecho: maderas de obras, cables de cobre, tornillos, chapas, restos de hierro cortado…todo es válido a la hora de dar vida a una anciana, a una menina, a un don Quijote…figuras redondeadas que en ocasiones recuerdan al mismo Botero. Quizá sea en la madera donde más destreza y habilidad muestre Madero, regalándonos figuras abstractas, péndulos, pequeños montículos nevados y cuanto su desbordada imaginación va recreando y amoldando.
Por su parte, Madero junior, es un maestro de la fotografía que capta, en sus ratos de tiempo libre, instantáneas del campo, de viejas casas de quintería, de pámpanos cercanos o de racimos cargados del dulce néctar. El tema de la fotografía le apasiona. En un conocido restaurante de la localidad de Herencia nos hemos topado con sus imágenes, un universo lleno de submundos en el que la retina retiene, deteniendo el tiempo y la mirada, para ofrecernos su particular visión en perspectiva personal e intensa. Un recorrido intimista de retratos de esta tierra nuestra, en la que el blanco, el negro y un claroscuro en calma nos trasportan a un presente que ya es pasado, imágenes atrapadas por la mirada que añoran, evocan y sugieren.

Mario ALONSO AGUADO,
Real academia de Bellas Artes
y Ciencias Históricas de TOLEDO

Artículo que aparecerá en el semanario Canfali el 21-07-2006 

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