El Santuario de la Virgen de la Cabeza, enclavado en pleno corazón de Sierra Morena, perteneciente a Andujar, expande su fama por todo el centro y sur peninsular. Cientos de miles de peregrinos se congregan en el Cerro del Cabezo en las últimas semanas de Abril para honrar y venerar a la pequeña imagen de María en su advocación de la Cabeza. Fue en el lejano año de 1227 cuando la Virgen se manifestó al pastor Juan Alonso de Rivas, desde entonces hay un continuo ir y venir de gentes que imploran la clemencia de María.
Herencia, villa manchega, situada al Noroeste de la provincia de Ciudad Real, se caracteriza desde antiguo por su profunda devoción mariana, manifestada en sus dos templos principales, la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, y la iglesia conventual de Nuestra Señora de las Mercedes, imagen esta última coronada por el Obispo de la diócesis de Ciudad Real, nombrada Alcaldesa Perpetua de la población, y a quien se dedican las Ferias y Fiestas de la localidad. De ahí que no sea sorprendente, que un mercedario natural de Herencia, el P. Jesús Fernández de la Puebla Viso, haya sido el promotor de la devoción a la Virgen de la Cabeza, no sólo en su localidad natal, sino también en la ciudad andaluza de Jerez donde reside en la actualidad. En ambos lugares, fundó sendas Hermandades, además en Herencia ha sido el verdadero promotor a la hora de construir una nueva ermita para albergar a la “Morenita de Sierra Morena”, en el paraje serrano de La Pedriza, popularmente conocido como “Los Pozos del Agua”, por el emblemático depósito en forma de enorme copa, que allí existe, y que hoy se ha convertido en uno de símbolos de la villa, entroncando de este modo con la secular tradición de levantar capillas o ermitas a la Virgen María junto a fuentes o manantiales.
La imagen de la Virgen de la Cabeza de Herencia, donada por el fundador de su Hermandad, pretende ser una réplica, aunque no exacta, de la que existe en el Santuario de Andujar. Presenta a María sedente como Madre de Dios, que sirve de asiento a la divinidad; la Virgen Madre lleva al Niño en su brazo izquierdo, teniendo el derecho libre portando el fruto del madroño, normalmente, debiera llevar una manzana, vista como fruto prohibido y que en María significa la salvación, pero hoy en día tiene ese fruto, por error generalizado entre la gente más popular y por ser tan representativo de la flora serrana, esférico, de color rojo, rico en alcohol y presto a la fiesta y a la alegría de la romería. Siguiendo el gusto del barroco va vestida con túnica, mandil y manto, y va rodeada de ráfagas quedando envuelta por el misterio de un mundo mágico, algo que se intuye, que está ahí, de lo que algunos pueden llegar a dudar, pero que la fe se encarga de despejar, atraer y enraizar. El Niño, envuelto en una túnica, simulando que forma un todo con su Madre, tiene en su mano una pequeña bola del mundo. A los pies de la sagrada imagen, el pastor de Colomera, postrado de hinojos, en actitud orante y con la mirada puesta en María, rememora el momento de la aparición.
La talla llegó a Herencia, procedente de Madrid, allá por el año 1983. Obra tallada en madera y policromada por la diestra mano del artista Manuel Romero. Las coronas de la Virgen y el Niño, lo mismo que la media luna que tiene a sus pies, fueron elaboradas por un orfebre colaborador del taller del cual salió la talla. La imagen se ennobleció con el paso de los años, primero con la adquisición del pastor, tallado en Andujar por Quirós a mediados de la década de los 80 del pasado siglo XX. Poco más tarde, en 1989, se puso sobre rica peana de madera plateada obra de los talleres Salmerón de Socuéllamos, Ciudad Real, adornada con ocho querubines y al centro el escudo heráldico de Herencia. Al fin, en el año 2000, Marmolejo, de Sevilla, realizó las ráfagas que rodean la imagen. Los devotos de la Virgen, y muy especialmente el P. Jesús Fdez. de la Puebla, han ido regalando mantos, joyas, y otros enseres nobles, todos ellos se pueden admirar en las vitrinas existentes en la Casa-Museo de La Merced. Entre los mantos destaca el bordado en oro sobre terciopelo rojo vivo por las manos de las monjas Clarisas de Santiago de Compostela en el año 1992 y en el que lucen los escudos de la Orden de La Merced y de la Orden de La Trinidad. Destacan también por su factura, las andas procesionales con templete confeccionadas por Orobio de la Torre en Torralba de Calatrava y donadas por D. Francisco Fernández Cobos, Presidente de la Hermandad.
Mayo, mes “florido y hermoso” es mes primaveral unido tradicionalmente al canto, a la juventud, y al amor. Unido también a la figura de María que es venerada especialmente en este tiempo de las flores a ella dedicado. En Herencia son famosos los mayos, popular canto manchego, que en Herencia nació unido a la veneración de la Virgen de las Mercedes en el camarín de su iglesia conventual. Por ello no es de extrañar que el último fin de semana de este mes se tenga la acostumbrada romería y fiesta en honor a la Virgen de la Cabeza.
La imagen es traída desde su ermita hasta el convento mercedario. Aquí se tiene una novena o triduo como preparación a su fiesta. Especial significación tiene el Sábado por la tarde cuando, tras la celebración de la eucaristía, la Virgen sale en solemne procesión por las principales calles de la localidad, acompañada por los Padres Mercedarios, por su Hermandad, por la Peña de Los Peregrinos, y por miembros de otras Hermandades de la Cabeza que, como invitados, acuden año tras año a la fiesta. El Domingo, romero y serrano, amanece muy temprano, a las siete de la mañana se organiza la procesión acudiendo en peregrinación hasta su ermita situada a cinco kilómetros de distancia. Un recorrido por los fértiles huertos herencianos, salpicados de viñas y olivares. Al llegar la mirada se funde con el verdor de la sierra y el olor a tomillo, jara y romero lo invade todo. Allí se tiene la misa cantada y las familias acuden en masa a celebrar y festejar este día, degustando los asados y otros productos de estas tierras. La ermita permanece abierta hasta bien entrada la noche con un continuo trajín de gentes, que oran y suplican ante la Virgen o adquieren el hornazo, uno de los dulces más típicos de la zona.
En el año 1985, se empezaba la construcción de la ermita de la Virgen de la Cabeza, en los terrenos que la familia Rodríguez de Liévana López-Sepúlveda donó a la Provincia Mercedaria de Castilla. Las obras llegaron felizmente a buen puerto el 19 de Agosto de 1990, momento en el que don Rafael Torija de la Fuente, Obispo de Ciudad Real, bendecía e inauguraba solemnemente el recinto sagrado. Llamó poderosamente la atención el blanco radiante de su fachada, y la alegre espadaña izada al viento con tres campanas traídas desde el taller artesanal “Campanas Rivera” de Montehermoso, Cáceres.
Una escalinata da paso al pórtico de entrada. Al frente, tres arcos de medio punto, cerrados con verjas de forja, protegen la puerta principal, confeccionada con madera noble en la que están tallados los escudos de las dos Órdenes Redentoras de Cautivos. A la derecha La Merced, custodia de la ermita de Herencia, y a la izquierda La Trinidad, custodia del santuario de Andujar. Ya en el interior, nos topamos con la nave central cubierta por bóveda de cañón. En la parte frontal, un ábside con pinturas murales obra del pintor local Manuel Fdez. Caballero cobija la sagrada imagen de la Virgen de la Cabeza, flanqueada por un par de ángeles. Al centro se abren sendas capillas dedicadas a dos imágenes representativas de la devoción mariana andaluza y que han trascendido fronteras. A la derecha la Virgen del Rocío conocida como Pastora, ataviada al modo en que se presenta cada siete años al ir a la aldea de Al Monte. Es obra del tallista jerezano Manuel Alejandro Perea, y está vestida al modo de una dama del siglo XVIII por el vestidor jerezano José Carlos Gutiérrez. Porta un pequeño Niño Jesús presentado como Divino Infante. A la izquierda, la Virgen Macarena magnífica obra del tallista sevillano Álvarez Duarte coronada por el orfebre Marmolejo. Otras cuatros imágenes completan la iconografía de la ermita. En el frontal la Virgen de las Mercedes y San José, los más venerados de la localidad. A la entrada San Antonio de Padua y la mártir Santa Lucía.
Imagen de encanto, mágica por mil causas, en La Virgen de la Cabeza, “morenita y pequeñita lo mismo que una aceituna”, se hermanan y se funden en profundo abrazo las comunidades de Andalucía y de Castilla-La Mancha, las entrañas de Sierra Morena y las estribaciones de los Montes de Toledo, las provincias de Jaén y de Ciudad Real, las localidades de Andujar y de Herencia, los parajes del Cabezo y de La Pedriza, las Ordenes de La Trinidad y de La Merced…La Virgen, verdadero “chocolatín del cielo” enraizó con fuerza en las tierras serranas de Herencia, antaño localidad de labriegos y de pastores que tanto renombre han dado al pueblo a través de sus afamados quesos; y hoy villa que se remoza y se renueva a través de su modernizada industria y que ha entrado con fuerza y pujanza en este siglo XXI en el que nos encontramos.
Mario Alonso Aguado y
Claro Manuel Fdez-Caballero Martín-Buitrago
Artículo publicado en el semanario Canfali el 08/06/07