Etapa 28. El Perlé en el corazón de Suiza

Etapa 28. El Perlé en el corazón de Suiza

Jueves, 11 de Agosto de 2016.

“Y ¿quién sabe si esta soledad, esta ocasión y este silencio despertará mis deseos que duermen, y harán que al cabo de mis años venga a caer donde nunca he tropezado Y, en casos semejantes, mejor es huir que esperar la batalla..” (Cap. XLVII, 2ª parte de “El Quijote”)

Después de estar más de un día sin escucharte bendito empacho he tenido de oírte y auscultar que tus ánimos siguen intactos. Con el fondo del repique de  las campanas de Friburgo  y el fluir de las aguas en las fuentes de la localidad, te oigo glosar las alabanzas de una ciudad a la que llegaste por la noche y no viste el esplendor de su patrimonio. Muchos días llegas tan tarde a tu destino que “no le pones cara” al entorno que te rodea y tienes que esperar al amanecer del siguiente día para descubrir los secretos del entorno que te acoge.

Estás inmerso en unas primeras gestiones mañaneras que tienen por objetivo tu visado para Irán, y que tan ajustado a trámites es. Planteándote un cambio en las marcadas fechas de entrada al país persa, aunque decides dejar los cambios cuando te encuentres en países más cercanos como Grecia o Georgia, cuando el calendario lo tengas más preciso.

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Porque como tú recuerdas, extraído del poema “Viaje a Ítaca” de Constantin Kaváfis, “no hagas con prisa el viaje”, y así incluso a sabiendas de lo dilatada en el tiempo de tu aventura, hay que hacerla con la calma precisa y los tiempos adecuados.

En mitad de tus comentarios un “bonjour” a un transeúnte que te saluda. Friburgo será la última localidad donde el francés sea lengua hablada de forma general, pues a partir de ahora el alemán será el idioma de uso.

Disfruto de tu disertación sobre la riqueza natural de Suiza. Ese paraíso caracterizado por un respeto a la Naturaleza, una observancia extrema por el cuidado del medio ambiente y una reverencias política de protección a sus paisajes. Sin embargo, como lamentas que ese “paraíso natural” conviva con el tan traído y llevado, “paraíso fiscal”.

Pones el grito en el cielo, y con toda la razón del mundo, de que en el corazón del continente europeo se encuentre un recinto para el cobijo legal a la corrupción, beneficio de las grandes fortunas y de fomento a la desigualdad que luego se observa en la totalidad de la sociedad europea.

Alabo tu reflexión en la que indicas que no hay “algo más antisistema” que un paraíso fiscal que se burla del sistema económico global.

Y te despides de Friburgo con dirección a Berna. Pasas por la localidad de Düdingen por donde te despides del cantón de Friburgo para estrenar el cantón de Berna.

Llegas a la capital suiza, Berna, atravesada por el río Aare e inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco por su arquitectura medieval.

Fundada a finales del siglo XII conserva un gran patrimonio representado por edificios como la Catedral, la Ciudad vieja con sus arcadas, la Torre del reloj, el Ayuntamiento el Palacio Federal y los Castillos de Bümpliz.

Como berneses importantes como no recordar a Albert Einstein (aunque nacido en Alemania) que vivió en esta ciudad y tuvo la nacionalidad suiza desde 1901 hasta su muerte en 1955.

Y, perdonadme la licencia, estando en plenas olimpiadas y haciéndole un guiño a nuestro Perlé ciclista, como no señalar al ciclista Fabian Cancellara, nacido en esta ciudad y ganador de la medalla de oro en la contrareloj olímpica hace sólo unos días.

Te asombra la riqueza patrimonial del país suizo. El no haber participado en ningún conflicto bélico (ni civil ni internacional), manteniendo siempre su status de neutralidad le ha permitido conservar intacto un patrimonio durante siglos. Te sorprende hasta encontrar granjas que conservan su tradicional estructura desde el siglo XVIII.

Sales de Berna y atraviesa Urtenen-Schönbühl, localidad que es uno de los centros de comercio más importantes del cantón, en donde se encuentran los centros comerciales que sirven a la ciudad de Berna.

A 20 kilómetros de Berna tienes el destino de hoy, la localidad de Burgdorf. Una villa de casi 16.000 habitantes donde en su término se aúna el cultivo de cereal, el pasto para el ganado, densos bosques así como ríos, arroyos y manantiales. Tu anfitrión, Bernhard, un particular profesor de guitarra, ¡cómo te recuerda a tu paisano Atana!.

Curioso ver en las fotos que envías esos monumentos con el sello del camino de Santiago. Desde el centro de Europa vemos atisbos de esa ruta medieval que sitúa a un lugar geográfico de España como centro cultural y religioso de todo un continente durante siglos.

La ausencia de wifi durante casi un día provoca que hoy tengamos dos crónicas. Cualquier esfuerzo es rentable para seguir conociendo de los hechos y lugares que disfrutas en tu aventura.

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