Herencianos en la universidad

Herencianos en la universidad

Imagen de la Universidad de Alcalá hacia 1870

Llegados los siglos XVII y XVIII la sociedad herenciana sufre una profunda transformación de tal manera que muchas estructuras económicas y sociales que se habían mantenido desde su origen son hondamente modificadas en todos los aspectos.

Estamos en uno de los primeros cambios de estas características que se produce a gran escala en la sociedad española y que se mantendría hasta entrado el siglo XX donde, en sus últimas décadas se producirá una nueva y espectacular revolución económica y social.

Uno de los pilares que promovieron los cambios a partir del siglo XVII es el acceso a la educación de los herencianos. Dicho acceso fue paulatino y, por supuesto, al principio sólo favoreció a las clases privilegiadas de la localidad.

La aparición de sucesivos movimientos educativos en Herencia y la construcción de los primeros colegios en la villa provocaron cambios continuos en el siglo XIX. Además algunos herencianos ya accedieron a estudios superiores, sobre todo en Madrid, creando una red de personas cualificadas que liderarían la vida social y política de la villa.

Hay que reseñar que la entrada en esta Universidad no era sencilla. Todos los estudiantes tenían que certificar que procedían de buena familia mediante “una información de limpieza de sangre” donde se asegurara que en sus generaciones anteriores no había habido judíos, seguidores del Islam ni cristianos procesados por asuntos de fe; en el siglo XIX este requisito se sustituyó por una “certificación de buena conducta”.

Como ejemplo veamos a continuación los personajes de la localidad que realizaron estudios universitarios entre el siglo XVII y comienzos del siglo XX, reiterando que la preparación adquirida por los mismos fue una causa del avance social en la localidad.

Iniciamos nuestro estudio con herencianos con los herencianos que estuvieron matriculados en la antigua UNIVERSIDAD DE ALCALÁ, que funcionó desde 1499 a 1836.

Además de esto listado, mencionar a tres herencianos cuyos expedientes se conservan y que estuvieron en esta Universidad de Alcalá en el siglo XVI. Son Alfonso Muñoz (pionero herenciano en esta actividad universitaria) en 1552, Luís Duqueso en 1574 y Francisco Díaz de la Fraila en 1590.

Imagen de la Universidad de Alcalá hacia 1870
Herencianos en la universidad 1

Seguimos con los herencianos que estudiaron en la UNIVERSIDAD CENTRAL DE MADRID.

La Universidad de Madrid o Universidad Central fueron los nombres que tomó la Universidad de Madrid cuando se cerró la Universidad de Alcalá, y sus estudios fueron trasladados a la ciudad de Madrid, a mediados del siglo XIX. Mediante Real Orden de la Reina Regente de 29 de octubre de 1836, se decretó el comienzo del traslado a Madrid de los estudios. La universidad de Madrid se denominó en un principio Universidad Literaria y en 1851, Universidad Central.

La Universidad Central tiene su origen en la mentalidad renovadora liberal que pretendía dar fin a las enseñanzas tradicionales en las universidades del Antiguo Régimen.

Desde la ley Moyano (1857) esta universidad fue la única autorizada en España para dar el título de doctor, hasta que en 1954, fue concedida esta potestad a la Universidad de Salamanca, tras la celebración de su VII centenario, y posteriormente al resto de las universidades españolas de la época. En 1973, las Escuela Técnicas de Grado Superior y de Grado Medio de Arquitectura e Ingeniería de esta universidad junto con otros centros superiores dependientes de los ministerios de Defensa, Industria y Obras Públicas se unieron para formar la Universidad Politécnica de Madrid.

Estando su origen en la desmantelación de la Universidad de Alcalá de Henares y el traslado de sus estudios a Madrid se le daría, oficiosamente durante el franquismo, el nombre de Universidad Complutense de Madrid y legalmente más tarde, cuando se fundó, hacia 1968, la Universidad Autónoma de Madrid.

Fachada de la Universidad Central calle San Bernardo [1920-1930]
Herencianos en la universidad 2

Los herencianos con expediente en esta Universidad en el siglo XIX e inicio del siglo XX son, según la facultad en la que se matricularon:

Además algunos herencianos se enfrentaron a dos carreras en esta Universidad Central de Madrid, lo que actualmente entendemos por un Doble Grado. Así nos encontramos con Salustiano Almeida Cid matriculado en Derecho y Ciencias (1855), Manuel Jerónimo Dávila Figueroa en Derecho y Filosofía y letras (1860), Bernardo Carrasco Gª-Navarro en Ciencias y Derecho (1869), Manuel Rodríguez de Liébana R-Palmero en Derecho y Filosofía y Letras (1888), Mariano Fernández-Conde Fdez-Baillo en Derecho y Filosofía y Letras (1888), Pedro Jesús Fdez-Cañadas G-Mendaño en Derecho y Filosofía y Letras (1891) y Cromacio García-Peñuela Álvarez en Farmacia y Ciencias (1871).

Gráfico porcentual de los estudios universitarios de los herencianos (1845-1926)
Gráfico porcentual de los estudios universitarios de los herencianos (1845-1926)

Como curiosidad en el listado de los herencianos que asistieron a la Universidad de Madrid nos encontramos a la primera mujer en 1924. Se trata de Elvira Fernández-Almoguera Casas, quien en la segunda década del siglo XX se matriculó en la Facultad de Ciencias.

Hace unas semanas terminé un estudio de las mujeres herencianas cuyo nombre han dejado huella en la historia de la localidad y que será publicado en el programa de Feria de Herencia. Por desgracia, la aparición del dato correspondiente a esta mujer ha sido posterior a haber enviado el citado estudio, por lo que una mujer tan destacada por ser la primera herenciana en acceder a la Universidad no aparece en el mismo. Como desagravio a este personaje prometo un futuro anecdotario dedicado íntegramente a este personaje y su vida.

Por último veamos los herencianos que se formaron en el COLEGIO DE CIRUGÍA DE SAN CARLOS.

El Colegio de Cirugía de San Carlos fue una institución dedicada a la enseñanza de la cirugía y la medicina fundada en Madrid 1780 por Carlos III a instancias de Antonio Gimbernat y Arbós. Planteado inicialmente como una institución ajena a la Universidad, terminó convirtiéndose en la facultad de medicina de la Universidad de Madrid.

Su denominación (en honor del santo del nombre del rey) fue sucesivamente Real Colegio de Cirugía de San Carlos (hasta el 12 de marzo de 1799), Real Colegio de Cirugía y Medicina de San Carlos o Real Colegio de San Carlos para la Facultad Reunida (hasta el 20 de marzo de 1801), Real Colegio de Cirugía Médica de San Carlos (hasta marzo de 1820), Colegio Nacional de Cirugía de San Carlos (hasta el 11 de julio de 1821), Escuela Especial de la Ciencia del Curar (hasta 1823, cuando se vuelve a la denominación Real Colegio de Cirugía Médica de San Carlos) y Colegio Nacional de Medicina y Cirugía de San Carlos (desde 1842). Desde 1843 se denominó Facultad de Ciencias Médicas (agrupando cirugía, medicina y farmacia), y desde 1845, con la separación de farmacia a su propia facultad, pasó a denominarse Facultad de Medicina de San Carlos.

El edificio de Francesco Sabatini que compartieron desde 1781 el Hospital General y el Colegio de Cirugía, actualmente ocupado por el Centro de Arte Reina Sofía. Al fondo, el edificio de Isidro González Velázquez donde se trasladó el Colegio en 1831 que actualmente acoge el Colegio de Médicos de Madrid.
El edificio de Francesco Sabatini que compartieron desde 1781 el Hospital General
y el Colegio de Cirugía, actualmente ocupado por el Centro de Arte Reina Sofía.
Al fondo, el edificio de Isidro González Velázquez donde se trasladó el Colegio en 1831
que actualmente acoge el Colegio de Médicos de Madrid.

Hasta entonces la cirugía era un saber menor, más práctico que teórico, impropio para una hidalguía que menospreciaba el trabajo manual. Por su parte, las universidades, todavía dominadas por las órdenes religiosas, no proporcionaban los profesionales que la sociedad requería.

En pocos años, los cirujanos le darán la vuelta a la situación y serán ellos quienes ocuparán los mejores puestos, incluso la denominación de catedráticos y el otorgamiento de títulos y licencias profesionales.

Para el Colegio de Cirugía de Madrid lo que se proyectó fue un colegio civil y no religioso como los tradicionales colegios universitarios, con el propósito de abrir una fisura profunda en todo el sistema educativo médico español. La iniciativa implicaba darle la espalda a la Universidad, y de paso convertir la capital en el centro de una nueva mentalidad sanitaria.

Los herencianos que estuvieron inscritos en esta prestigiosa universidad fueron:

  • Antero Rodríguez de Liébana, en 1821.
  • Francisco Moreno Fernández, en 1823.
  • José Antonio Martín-Chocano, en 1832.

Estos tres herencianos tenían abierto expediente académico para los estudios de Cirujano Sangrador. Eran cirujanos de 3ª clase que equivalían a lo que entendemos por practicantes.

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