Etapa 37. Perlé cabalga de nuevo

Viernes, 2  de Septiembre de 2016.

‘‘Hermano mío, mire si me manda algo, que me voy a mi casa; que ya Dios ha sido servido,  por su infinita bondad y misericordia, sin yo merecerlo, de volverme mi juicio: ya estoy sano y cuerdo; que acerca del poder de Dios ninguna cosa es imposible ”. (Cap.I, 1ª parte de “El Quijote”)

Tras un paréntesis que ha durado unos días hoy retomas, amigo Elías, tu periplo aventurero.

Has estado en Liubliana (capital de la República de Eslovenia) en unas jornadas de convivencia y aprendizaje sobre valores cívicos, organizadas dentro del programa Erasmus + aprobado por el Parlamento Europeo. En estos días habéis conocido una serie de organizaciones de voluntarios que trabajan para ayudar a los demás, desde diferentes ámbitos sociales. La Cruz Roja, ONGs en auxilio de los refugiados (incluso dentro del programa habéis visitado la frontera natural con Croacia marcada por el río Kolpa, donde se han instalado concertinas –alambres de púas- para impedir el paso de esos refugiados ), las asociaciones de bomberos voluntarios en un 90% de Eslovenia, otras asociaciones para asistir a los “sin techo”…

En fin, unas jornadas de sensibilización sobre los problemas que atañen a la vieja Europa y que pretendemos no mirar frente a frente a ellos sino, por el contrario, dejar que el tiempo vaya quitando y poniendo parches y remiendos a los mismos; sin darnos cuenta que estos conflictos nos afectarán directamente más pronto que tarde.

En estos días has conocido la idiosincrasia de un país tan particular como Eslovenia. Perteneciente históricamente al imperio austro-húngaro, posteriormente pasó a formar parte de la zona de influencia comunista, para terminar dentro de Yugoslavia de la que se independizó en 1991 tras un breve conflicto armado y, posteriormente en 2004 este país se adhirió a la  Unión Europea.

Paseando por Liubliana contemplas ese monumento a los héroes que resistieron a los nazis durante la II Guerra Mundial, discurres por esos barrios centrales de esta ciudad renovada que han servido de inspiración para artistas de todo el país, te asombras ante el lago Bled con una pequeña isla en el centro con una iglesia donde todos los hombres que se casan deben cumplir la tradición de trasladar en brazos a la nueva esposa a lo largo de los 150 metros de escalinata, acudes al Club esloveno-serbio de lectura, contemplas estatuas modernas que compiten ante los resquicios de la herencia socialista de otras décadas, … En fin días de convivencia y compañerismo  que sirven para preparar una generación que pueda, en breve, dirigir los destinos de un continente sacudido por cambios frenéticos a los que parece no sabemos dar respuesta.

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Y tras este paréntesis regresas a Imst, en Austria, para recuperar a Penélope y proseguir  con tus andanzas aventureras.

Allí el matrimonio anfitrión, de origen alemán, te esperaba con los brazos abiertos. Son trabajadores de una empresa topográfica que te volvieron a agasajar en tu regreso al Tirol austriaco. Sales de ruta con unas sensaciones tan especiales por volver a sentir el disfrute del pedaleo, añorado durante los días de vivencias eslovenas.

El camino de hoy lo haces siguiendo el curso del río Imsk y paralelo a la línea ferroviaria que atraviesa un valle flanqueado por macizos montañosos alpinos. Numerosas cascadas vierten al río y tú deambulas por este paraje natural tan idílico.

Los días que has estado fuera han ido cerrando el verano alpino y ya has empezado a ver las consecuencias de ello. Los días son más cortos y el aprovechamiento de la luz solar va a empezar a ser una circunstancia a tener en cuenta en jornadas futuras.

Tras pasar cerquita de pequeñas poblaciones que salpican el camino (Tarrenz, Nassereith, Pfaffenhofen, Flaurling) pretendías llegar a Innsbruck pero la noche ya estaba cerrada. Paras en la pequeña localidad de Hatting, de tan sólo 1300 habitantes, y pronto llamas la atención de una pareja joven que se interesa por tu indumentaria y por la naturaleza de tu aventura. Tan prendados quedan de tus explicaciones que te invitan a pasar la noche en su casa y ya mañana podrás proseguir tu trayecto. Así lo haces, y compartes cena con tus nuevos anfitriones degustando una cerveza local muy reconstituyente.

Jornada para que el Perlé herenciano recupere sensaciones para proseguir con su devenir como embajador carnavalero.

Un placer volver a comentar tus andanzas.

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