La esperada compra del barco de Ciudad de Vascos parece estar cercana a concretarse, después de un prolongado proceso que se ha extendido por siete años. La transacción está en su recta final, pendiente únicamente del pago de 160.000 euros por parte de la empresa interesada, una firma gallega que participó en la licitación más reciente.
En una reciente rueda de prensa, Joaquín Romera, vicepresidente de Asuntos Generales de la Diputación, ofreció una actualización sobre el estado de la venta. «En julio recibimos una oferta vinculante y desde entonces hemos trabajado para finalizar el proceso de liquidación y pago», explicó Romera, quien destacó que los trámites formales han sido seguidos al pie de la letra y toda la documentación requerida ha sido entregada.
Tras la confirmación del pago, el barco será entregado a su nuevo propietario. No obstante, Romera advirtió que esta transacción es más compleja que la venta entre particulares, debido al contexto y al historial que acompaña al barco. La empresa interesada, cuya oferta coincide con el último precio de licitación de 160.000 euros, aún no ha revelado sus planes para el navío.
Durante la conferencia, Romera aprovechó para comentar sobre el largo camino transcurrido desde la primera subasta en 2017, criticando el manejo del tema por parte del anterior gobierno del PSOE. Destacó la eficiencia del actual equipo del Partido Popular, que en un año ha logrado casi concretar la venta, a diferencia de los ocho años de la gestión anterior, que «decidió utilizar políticamente» el asunto, según el vicepresidente.
A lo largo de estos años, se han llevado a cabo diez subastas, incluyendo la más reciente en junio de 2023, con un precio de partida de 162.000 euros, pero todas ellas resultaron desiertas. El barco, inicialmente adquirido bajo la administración del popular Arturo García Tizón por 344.850 euros, tenía como fin promover visitas al yacimiento arqueológico de Ciudad de Vascos. Actualmente, se encuentra varado en Ribadeo (Lugo), generando un costo de mantenimiento de unos 4.000 euros anuales para la Diputación. La venta representa tanto un alivio financiero como la conclusión de un largo proceso administrativo.
