El vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades, José Manuel Caballero, ha dejado claro su postura: el aeropuerto de Ciudad Real no será utilizado como centro de recepción de personas migrantes. Esta firme declaración fue realizada durante la inauguración de nuevos carriles bici en Puertollano, donde Caballero enfatizó que la infraestructura en cuestión enfrenta un rechazo institucional, confiando en que el Gobierno de España actuará con la «sensibilidad» necesaria para buscar soluciones alternativas.
Caballero señaló que tanto las administraciones como el Gobierno regional coinciden en que el aeropuerto de Ciudad Real no es un sitio adecuado para el acogimiento de migrantes. También urgió a evitar la politización del tema. «Esperemos que no haya pescadores en río revuelto que quieran utilizar el asunto de la inmigración con fines partidistas», dijo, resaltando la importancia de mantener un enfoque institucional.
El vicepresidente también promovió una visión positiva sobre la inmigración, destacando que es un fenómeno beneficioso para España. Recordó el ejemplo del modelo aplicado durante la crisis de refugiados ucranianos, cuando se logró acoger en breve tiempo a 200,000 personas sin necesidad de grandes infraestructuras. «Me preocupan mucho los repentinos brotes de humanidad en gentes que luego no lo demuestran en el día a día y que incluso trasladan mensajes de odio que no podemos consentir», añadió.
Durante el mismo evento, el consejero de Fomento, Nacho Hernando, expresó su apoyo al resguardo de los derechos humanos sin vacilaciones en el contexto de la inmigración, reafirmando la necesidad de un enfoque coherente en esta cuestión.
En paralelo, se dio a conocer que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha iniciado una diligencia previa para valorar un posible expediente sancionador contra la empresa propietaria del aeropuerto de Ciudad Real. La compañía tendrá cinco días hábiles para presentar la documentación pertinente tras la controversia generada acerca de la posible preparación de las instalaciones para recibir migrantes.
Finalmente, Caballero hizo hincapié en la importancia de proteger los derechos humanos y de evitar que la inmigración se convierta en un nuevo escenario de confrontación política en España, abogando por una gestión compartida y transparente que no alimente el odio ni el miedo.
