En el marco del 41º Congreso Federal del PSOE celebrado en Sevilla, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha abordado la polémica en torno a la filtración de correos del novio de Isabel Díaz Ayuso. García-Page expresó su deseo de que «todo quede esclarecido», y mostró confianza en que el asunto no suponga causa de vergüenza para el gobierno central.
La controversia ha tenido implicaciones significativas en la arena política española, provocando, entre otros efectos, la dimisión del exsecretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato. Este último no solo dejó su cargo, sino que también ha tenido que comparecer ante el Tribunal Supremo para declarar sobre su implicación en los hechos. A pesar de esta difícil situación, García-Page ha salido en defensa de Lobato, destacando su «capacidad política» y su potencial de liderazgo.
El presidente castellanomanchego lamentó el ambiente de hostilidad que predomina en la política nacional, advirtiendo que «estamos destrozando capital político a pasos agigantados». En un gesto de unidad y apoyo, se mostró favorable a la posibilidad de que Lobato retome el liderazgo del PSOE de Madrid en el futuro, si así lo considera él mismo.
García-Page enfatizó la importancia de respetar la autonomía de las distintas federaciones del PSOE, y afirmó que no intervendrá en los asuntos internos de otras partes del partido. Su intervención pone de relieve las tensiones políticas actuales y la necesidad de introspección y cohesión dentro de las filas socialistas, en un momento en el que las crisis internas amenazan con desdibujar los logros y objetivos del partido. En definitiva, el líder manchego aboga por un clima político menos agresivo y más enfocado en construir sobre el talento existente.
