La Demarcación de Ciudad Real del Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha ha celebrado la cuarta edición del Concurso de Fotografía Arquitectónica en honor al Día Mundial de la Arquitectura. Con el lema «El juego de los volúmenes bajo la luz», el concurso buscó destacar la riqueza arquitectónica de la provincia, poniendo especial énfasis en la interacción entre la luz y las estructuras. La respuesta fue sobresaliente, con la presentación de 84 obras que demostraron una calidad técnica impresionante y una sensibilidad estética notable.
El prestigioso primer premio, que incluyó una recompensa de 500 euros, fue otorgado a Ángel Atanasio por su cautivadora imagen en blanco y negro titulada «Geometría Básica», capturada en Alcázar de San Juan. Por otro lado, se entregaron dos accésits valorados en 200 euros cada uno a Alfonso Torres, por «Luces y sombras 1», y a Antonio Atanasio, por «Háblame del pasado». Ambos trabajos destacaron por su evocación poética y su excelencia técnica. Estas fotografías, junto con otras 24 seleccionadas como finalistas, estarán en exhibición en la Sala de Exposiciones de la sede de la Demarcación hasta después de las festividades navideñas.
El jurado, compuesto por fotógrafos y arquitectos de renombre, evaluó las fotografías no solo por su calidad técnica, sino también por su integridad artística. La inauguración de la exposición se celebró el 12 de diciembre, presidida por la decana del Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha, Elena Guijarro, quien subrayó la importancia del papel que desempeña la demarcación en la divulgación y promoción de la arquitectura.
Además de este evento, se lanzó un concurso paralelo en redes sociales, el I Concurso de Fotografías en Instagram con el tema «Arquitectura habitada». En este certamen, Verónica Peinado se llevó el primer premio dotado con 150 euros y una beca para un próximo taller de fotografía de arquitectura. Irene Sobrino y Elvira Garrido fueron galardonadas con accésits, que incluían premios monetarios y matrículas para el mencionado taller.
Estas iniciativas no solo celebran la arquitectura y su juego con la luz, sino que también fomentan un diálogo inspirador entre la arquitectura, la fotografía y la comunidad. La rica tradición visual evocada por estos concursos encuentra sus raíces en la obra de grandes maestros como Le Corbusier, y se reafirma como un puente entre el arte y la sociedad.