Las obras de recuperación de la antigua barrera tobácea de la Laguna de Uña, un importante proyecto ecológico que está llevando a cabo el Gobierno de Castilla-La Mancha, han alcanzado ya un 70% de ejecución. Así lo ha anunciado el delegado provincial de Desarrollo Sostenible, José Ignacio Benito, durante una visita al lugar junto al alcalde de Uña, José Luis Gómez, además de técnicos de la Delegación y de la empresa pública Tragsa.
Este proyecto busca restaurar la funcionalidad de la barrera tobácea mediante el aporte de un volumen de agua fijado como caudal ecológico por el Plan Hidrológico del Júcar. Este caudal proviene del Arroyo del Rincón, cuyas aguas desembocan en la Laguna de Uña. Según Benito, las obras se completarán en unas tres o cuatro semanas, asegurando así el rico ciclo hídrico y ecológico de la zona.
Para lograr este objetivo, se están construyendo las conducciones y equipamientos necesarios que permitirán derivar el caudal ecológico desde la laguna hasta la cima de la barrera travertínica. Desde allí, el agua fluirá por gravedad hacia la barrera tobácea. Este sistema permitirá recuperar la funcionalidad del travertínico de Uña, y el agua así derivada se incorporará finalmente al curso del río Júcar.
La recuperación del travertino de Uña no solo tiene implicaciones ambientales, sino que también supone un atractivo adicional para el turismo en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca y para la localidad de Uña. Además, cumple con las directrices de conservación y restauración de elementos geomórficos recogidas en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Parque Natural de la Serranía de Cuenca.
El proyecto cuenta con un presupuesto de 209.582,77 euros y está financiado por el Gobierno de Castilla-La Mancha mediante el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Esta iniciativa subraya el compromiso de la región con el desarrollo sostenible y la preservación de su patrimonio natural, proporcionando beneficios tanto ecológicos como económicos a la comunidad local.