En un vibrante preludio al verano, la decimocuarta edición de Estival Cuenca ha desvelado el cartel que acompañará su programación de 2025. Bajo la dirección artística de José An. Montero y la creativa visión de la artista mexicana Nereida Dusten, el cartel emerge como una pieza que encapsula la esencia del festival.
Este año, el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha se convierte en el corazón del evento, influyendo en el diseño del cartel que fusiona dinosaurios, cuerpos en movimiento, elementos astronómicos y referencias arquitectónicas. Esta amalgama simbólica busca conectar la evolución, la memoria y la música, articulando una narrativa visual que va más allá de lo convencional.
La propuesta de Estival Cuenca entiende la música no solo como arte, sino como una fuerza biológica que emociona y une. Este enfoque se refleja en la edición de 2025, donde las actuaciones se llevarán a cabo en lugares emblemáticos como el Claustro de la Catedral y el Museo Paleontológico, rodeados de reproducciones de dinosaurios y flora del Mesozoico.
El cartel también celebra la contribución de músicos y público, representados por figuras humanas sin rostro, simbolizando el legado colectivo en la experiencia musical. Esta imagen reitera el vínculo entre memoria, cuerpo y territorio, armonizando perfectamente con la misión del festival desde 2015.
Dusten, creadora del cartel, es una collagista reconocida por su exploración de la identidad y memoria a través de imágenes. Con una formación que abarca varias instituciones internacionales y una presencia en proyectos de arte contemporáneo, su obra resuena con temas de ruptura de estereotipos, especialmente sobre lo femenino. Su historia con Estival Cuenca, que comenzó en 2017, se renueva con su autoría del cartel.
Para enriquecer la experiencia, Estival Cuenca ha dispuesto listas de reproducción en Spotify y YouTube con música de los artistas participantes. Esta edición cuenta con el apoyo de patrocinadores como Solán de Cabras y varias instituciones locales, consolidando a Estival Cuenca como un festival que celebra no solo la música, sino su capacidad para habitar y transformar el espacio.
Nuevamente, el festival se presenta como un encuentro cultural inigualable, donde la música y el arte visual se entrelazan con el entorno patrimonial de Cuenca, prometiendo una experiencia única para todos los asistentes este verano.