Europa está enfrentando una de sus temporadas de incendios forestales más devastadoras en la historia reciente debido a temperaturas extremas y sequías prolongadas en varias regiones. En lo que va del año 2025, el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea ha sido activado 16 veces, igualando en pocas semanas el número total de activaciones de la temporada anterior.
Este mecanismo permite a los países miembros solicitar apoyo inmediato y coordinar recursos compartidos, convirtiéndose en la primera línea de respuesta frente a la magnitud cada vez mayor de los incendios. España, por primera vez, ha tenido que recurrir a este mecanismo para hacer frente a los fuegos forestales, lo que representa un hito significativo, ya que históricamente ha gestionado estos desastres por sí misma. La Comisión Europea reaccionó rápidamente, movilizando aviones Canadair de la reserva rescEU desde Francia para reforzar los esfuerzos de extinción.
Otros países también están bajo una gran presión. Grecia activó el mecanismo el 12 de agosto después de que múltiples frentes se salieran de control. La UE reubicó aviones suecos desde Bulgaria y desplegó brigadas de Chequia, Moldavia y Rumanía. Bulgaria recibió apoyo aéreo de seis países, y en Albania y Montenegro también se activaron ayudas internacionales, incluyendo aviones y apoyo terrestre de varios países europeos.
RescEU, la reserva europea de medios de respuesta frente a desastres, ha sido fundamental, permitiendo un despliegue rápido de aviones de extinción. El programa Copernicus, por su parte, ha proporcionado mapas satelitales de alta resolución para planificar estrategias de ataque contra los incendios.
El cambio climático se presenta como un factor determinante en la intensificación de estos fenómenos. Las olas de calor prolongadas y la reducción de humedad en los suelos y bosques crean condiciones propicias para la propagación rápida y violenta de los fuegos. La extensión geográfica de los incendios este año, desde la península ibérica hasta los Balcanes, destaca un patrón preocupante alimentado por el calentamiento global.
A pesar de la gravedad, la respuesta coordinada de los países europeos ha sido crucial para contener los fuegos que de otro modo podrían causar daños catastróficos. Bruselas ha subrayado la necesidad de reforzar los recursos comunes y anticipar medidas preventivas para los veranos futuros, ampliando la flota de rescEU, mejorando las capacidades de coordinación y fortaleciendo los sistemas de alerta temprana.
El verano de 2025 podría marcar un punto de inflexión. La activación récord del Mecanismo de Protección Civil refleja la necesidad de adaptaciones estructurales para enfrentar emergencias climáticas cada vez más frecuentes. Esto implica inversiones adicionales, mayor coordinación internacional y una estrategia amplia para adaptarse a las nuevas realidades climáticas del continente europeo.