Vacaciones en Paz 2008, llamamiento para acoger a un niño Saharaui

Vacaciones en Paz 2008, llamamiento para acoger a un niño Saharaui

La Diputación apoya el programa «Vacaciones en paz» y se pretende que este año vengan 350 menores.

DE LARA HACE UN LLAMAMIENTO A LAS FAMILIAS PARA QUE ACOJAN A UN NIÑO SAHARAUI ESTE VERANO

El presidente de la Diputación, Nemesio de Lara, ha hecho hoy un llamamiento, coincidiendo con la presentación del programa «Vacaciones en Paz», para que las familias de la provincia acojan este verano a menores saharauis. «Mi llamada, nuestra llamada, es de urgencia, apasionada, está hecha con el corazón. La gente sabe de este programa, lo sabe años tras año, pero es bueno que la concienciación se haga más general», ha dicho De Lara, quien ha estado acompañado por Abdelahe Admed, delegado del pueblo saharaui en Ciudad Real; Bulahe Mohamed Fadel, delegado saharaui en Castilla-La Mancha; Silvestre del Río, responsable de la iniciativa en la región y por el vicepresidente Ángel Caballero.

De Lara ha explicado que esperan que este año vengan 350 niños, ya que en 2007 fueron acogidos por familias ciudadrealeñas 208. Entonces la Diputación también asumió los 114.000 euros que sumaron el coste total de los gastos de desplazamiento. «Pensando, intuyendo y, sobre todo, anhelando que aumente el número de familias en esta ocasión hemos incrementado el presupuesto hasta 150.000 euros, pero si fueran más las solicitudes, la partida se completaría para que no se quede ninguna familia sin acoger niños», ha dicho.

Ha querido dejar claro De Lara que «hoy no estamos aquí para reivindicar la autodeterminación del pueblo saharaui, aunque la apoya este Equipo de Gobierno, como también apoyó que el Instituto Cervantes tenga representación en los campamentos porque el castellano es el segundo idioma, hoy estamos aquí para pedir a las familias de la provincia que acojan a un niño o a una niña saharaui en sus casas con el objetivo de que conozcan el mundo donde no han tenido la suerte de nacer, que los acojan para que al menos se les pueda detectar un tipo de enfermedad fácilmente curable en España, para que se nutran correctamente, aunque sólo sea durante dos mes; que los acojan para que nuestros hijos aprendan solidaridad, no como palabra abstracta sino como concepto que forma parte de su vida, que aprendan generosidad y para que valoren la suerte que supone no haber nacido en un país pobre».

«Un chico o una chica que no es un hijo biológico es un elemento extraño que llega a nuestras casas, pero os aseguro y lo digo por experiencia personal y compartida con familias que los acogen, que dan mucha alegría y nos enriquecen a todos espiritualmente, nos hacen sentirnos y ser mejores personas», ha asegurado.

El objetivo, según De Lara, es que venga el mayor número de menores posible, por lo que «si alguien tiene reparos y la razón es económica tengo que decir que la Diputación provincial corre con el cien por cien de los gastos del transporte y que estamos totalmente coordinados con todos los ayuntamientos de la provincia para que las familias puedan dirigirse a los consistorios con la sola iniciativa de decir que quieren acoger». Ha añadido el presidente de la institución provincial que «la gestión burocrática y administrativa es muy simple, sólo hace falta voluntad, disposición y corazón».

Y ha concluido agradeciendo a Silvestre del Río y a Francisco Real, responsable del programa en la provincia, que se hayan implicado en esta iniciativa «sin que nadie se lo haya exigido». Ha hecho extensivo su agradecimiento al pueblo saharaui, «por su demostración de valentía y no resignación ante circunstancias políticas que impiden que un pueblo tan hermano esté sometido de la manera más cruel y despiadada a la marginación, alejado de sus tierras naturales, que están usurpadas por el Gobierno de Marruecos».

Silvestre del Río, por su parte, ha hecho un llamamiento «muy especial este año porque en los campamentos de refugiados la situación es alarmante». Ha explicado que «con un pequeño esfuerzo de manutención, porque no exigen nada, se puede tener la oportunidad de ejercer directamente la solidaridad con quien no tiene». Ha pedido, por tanto, que las familias acojan a niños, «que los traten con cariño y que les den lo que puedan darle, porque siempre será más de lo que tienen».

«El niño o la niña enseña a compartir y a aprovechar el tiempo», ha asegurado Del Río, quien ha agradecido a la Diputación el gran esfuerzo que hace, «un ejemplo a seguir en la región y a nivel nacional». Y también al Ayuntamiento de Herencia, «que nos ha cedido las instalaciones para que desde allí partan los menores hacia sus hogares de acogida».

Ha intervenido finalmente el delegado del Pueblo Saharaui en Ciudad Real, Abdelahe Almed. Ha trasmitido en primer lugar la gratitud del pueblo saharaui al presidente de la Diputación, porque hace posible que su voz se escuche en los foros en los que interviene y ayuda a que no se apague. Ha reivindicado el derecho que tienen a elegir su destino a través de un referéndum y ha recordado que la institución provincial no sólo paga el Programa de Vacaciones en Paz, sino que también en materia de cooperación destina más de 200.000 euros al pueblo saharaui. «Sobrevivimos en el desierto gracias a la ayuda internacional y a personas generosas como el presidente de la Diputación de Ciudad Real», ha afirmado.

Ha comentado, por otra parte, que hace más de quince años que se lleva a cabo el programa y que se empezó con un centenar de menores que eran acogidos en el Estado Español. «Hoy son más de 10.000 y estamos orgullosos que 1.000 de ellos vengan a Castilla-La Mancha. Hay una respuesta importante, pero quiero lanzar un llamamiento para que las familias sigan apoyando este programa y que estos niños y niñas puedan cumplir sus ilusiones y sueños», ha señalado.

También ha agradecido Abdelahe Almed a todas las familias que van a repetir la acogida y a aquellas que van a dar el paso este año su gesto y colaboración. «Es una gran oportunidad para los niños y niñas, que vendrán los días 7, 8, y 9 de julio, que en dos meses conozcan otra realidad y otra sociedad donde hay libertad, donde los pequeños tienen una vida normal. Saber lo que es una bicicleta, un teléfono o abrir un grifo y que perfeccionen el español, que es el segundo idioma en nuestros campamentos de refugiados», ha concluido.

fuente: Diputación de Ciudad Real

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