Ya se encuentra en circulación el último número de El Rondadías (nº5), periódico de información de Herencia, el cual se puede conseguir gratuitamente en los puntos de distribución habituales.
Esta es su editorial:
El domingo día siete se celebran las elecciones al Parlamento europeo.
Estamos llamados a las urnas para elegir a nuestros representantes en Estrasburgo. Es posible que se nos antoje lejano y no apetezca gastar un rato de nuestro descanso para ir a votar algo que, pudiera ser, ni conocemos, ni confiamos en ello. Sin embargo las elecciones al Parlamento europeo resultan cada día más importantes, tanto como las municipales, autonómicas o generales puesto que, lo creamos o no, muchas normas por las que nos regimos emanan del seno de la Unión Europea y son de obligado cumplimiento en todos los Estados Miembros. Más de un setenta por ciento de las leyes nacionales vienen predeterminadas por lo establecido en la Unión Europea. Algunas regulan directamente ciertas cuestiones; otras son marcos legales generales que establecen pautas jurídicas comunes y que, adaptadas en cada uno de los estados, no dejan de tener gran relevancia puesto que suponen unos límites de máximos o mínimos obligatorios. Las últimas encuestas prevén una participación de tan sólo el 27 por ciento en nuestro país, lo que viene a corroborar el estado de desconfianza que los españoles mantienen respecto a la cuestión europea. Es muy respetable lógicamente cualquier decisión personal al respecto, pero la manera de cuestionar las formas y el fondo de la política, sea ésta local, regional, nacional o transnacional, fuera quizás hacerlo de manera proactiva. Votar lo es, sin duda alguna. Y el Parlamento Europeo, freno en muchos casos del propio ejecutivo que resulta ser la Comisión y cámara que adquirirá más peso político en cuanto el Tratado de Lisboa sea ratificado por todos los Estados Miembros y entre en vigor, comienza a construirse en las próximas elecciones de junio. Quizás es hora de olvidar las discusiones intestinas que acaparan la escena política nacional y mirar más allá, pensar en Europa, con ojos de Europa y en clave europea teniendo en cuenta que la circunscripción es única y nacional en España, por lo que no se pierden votos (no existe el mal llamado “voto útil”), a diferencia de lo que ocurre en las Generales. Quizás ya es hora de sentirnos verdaderamente europeos y tomar cartas en el asunto. Porque Europa importa. Porque tenemos que estar en Europa y construir nosotros mismos Europa.
fuente: Editorial El Rondadías número 5