Casi un centenar de haitianos llegaron el pasado martes a Herencia, con motivo de los días en la Diócesis (DED,s), días previos a la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid la próxima semana.
El día nueve, alrededor de las diez de la mañana llegaba el primer grupo, unos 50 jóvenes procedentes del país hidrocálido. Un poco más tarde fueron repartidos a las familias de acogida, personas que generosamente han ofrecido sus casas para alojar y alimentar a los jóvenes. Poco después de la comida, y tras el descanso vespertino, llegaba el segundo grupo, en esta ocasión fueron 84 los que pisaban Herencia. Ya al atardecer, fue el Obispo de Ciudad Real, don Antonio Algora, el que presidió la Eucaristía, toda ella oficiada en los dos idiomas, el castellano y el francés. En sus palabras, recordó la hospitalidad que todo cristiano debe ofrecer, y alabó a todas aquellas personas
que generosamente prestan sus hogares al servicio de otros que lo necesitan, terrminando con estas palabras: » No sólo somos iguales unos a otros, somos hermanos».
Después de una entretenida cena, los voluntarios, junto con los haitianos, se desplazaron hasta el auditorio de verano situado en el parque municipal, donde el alcalde les dio la bienvenida en francés y ellos recitaron el himno de Haití. La velada terminó con la actuación del grupo musical Cis- Adar, cuyos cantantes y músicos son de la localidad.
El día diez transcurrió con mucho ajetreo, pues quedaba mucho que ver en muy poco tiempo. Todo comenzó a las nueve y media de la mañana en la iglesia parroquial, donde uno de los sacerdotes ofició la Eucaristía en francés. Después llegaron las actividades organizadas y dirigidas por los voluntarios herencianos: la plantación del «bosque de los haitianos» en el camino del «Sepulcrillo» de la Sierra de san Cristóbal, la colocación de cintas con distintos mensajes en la Plaza de España y la creación
de un mural, pintado por estos jóvenes, situado en la calle Salustiano Almeida. Después de la comida en las casas y de disfrutar de una tarde de piscina fueron la hermanas franciscanas del asilo los que los acogieron en una agradable merienda, para posteriormente visitar las principales ermitas de la localidad.
Ya por la noche, y tras la cena, una Fiesta con música haitiana y española puso el broche de oro a unos días fantásticos en los que hemos podido disfrutar de otro tipo de sociedad, igual pero muy diferente a la nuestra. Han sabido valorar a Herencia, a sus gentes y en sus corazones se llevan el recuerdo de un pequeño rinconcito de La Mancha que los acogió con todo lo que tenía. Esta mañana han marchado al pueblo de Miguelturra, donde seguirán su andadura para terminar su visita en España en Madrid con todos los jóvenes del mundo.