Anecdotario: Ramón "Merino" García-Valdivieso Fernández-Caballero

Anecdotario: Ramón «Merino» García-Valdivieso Fernández-Caballero

A mediados del siglo XVIII nació este herenciano cuya vida podría servir, sin duda, como guión cinematográfico por todos los vericuetos de su biografía.

Era hijo de los herencianos Manuel García-Valdivieso y Ramona Fernández-Caballero.

Casó en Herencia con María Ramona García-Navas Bermúdez, el 21 de Febrero de 1772, y de su matrimonio tuvo dos hijos, Manuel y Teresa.

Detalle de la partida de matrimonio de Ramón García-Valdivieso en Herencia

Quedó viudo y en 1789 se asentó en la vecina localidad de Manzanares, ejerciendo como Ministro del Juzgado. Por esta tarea le fue asignado el sobrenombre de “Merino” que como era tradición en muchos lugares de Castilla se le daba al individuo que ejercía las funciones de juez. Por esta razón, en muchos documentos al hacerse referencia a este personaje se le nombra como Ramón Merino García-Valdivieso.

El 10 de Diciembre de 1804, casó en segundas nupcias con la manzanareña María Antonia Díaz de Miguel; que también era viuda y tenía una hija, Ángela Serrano.

El matrimonio era dueño de una tienda de mercería y comestibles en la plaza de Manzanares, esquina con la actual calle Empedrada, “en la que tenían garbanzos, habichuelas, queso, manteca y una cuba de aguardiente”.

Cuando llegó el año de 1809, en plena Guerra de la Independencia, sus destinos cambiarían radicalmente.

En el mes de Abril de 1809 se asentó en la localidad manzanareña la División Polaca del ejército francés, constituida por los regimientos 4º, 7º y 9º, junto con siete piezas de artillería. En total, aproximadamente 7000 hombres que permanecieron en la localidad casi tres meses.

Al mando de estas tropas estaba el General Valence, y como se indica en los informes locales “durante tal tiempo sufrió el pueblo todo género de saqueos, malos tratamientos, ruina de muchos edificios…, distinguiéndose entre los más crueles y sanguinarios al príncipe Sokonski, coronel del noveno regimiento, que se complacía en atormentar a la Junta Local con peticiones imposibles y amenazas llenas de terror, prisiones y otros insultos”.

Detalle de la partida de matrimonio de Ramón García-Valdivieso en Manzanares

Ante la crítica situación, Ramón Merino y María Antonia, como tantas otras familias huyeron del pueblo. Sin embargo, a los pocos días volvió Ramón para comprobar el estado de sus propiedades. Comprobó que la tienda había sido robada por los polacos, y estando en estas pesquisas fue descubierto por algunos de ellos, que lo asesinaron.

Tras la marcha de los franceses de Manzanares, los sucesores de Ramón Merino -viuda, hijos e hijastros- iniciaron un largo pleito de herencia abintestato; que según las alternativas bélicas a veces se dirimía ante una autoridad judicial afrancesada, mientras que en otros momentos ante un juez nacional.

Su yerno, Agustín Navarro, casado con su hija Ángela no miró lindes a la hora de buscar su máximo provecho. Y así, no le importó mostrarse “servilmente entregado a los franceses, acreditando su condición de avaricia y desafecto familiar” con el ánimo de conseguir los bienes de su suegro.

Todo el extensísimo proceso hereditario se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real, interviniendo en el mismo prestigiosos abogados de la época como Pedro Roncero o Juan Antonio Ressa. De dicho proceso ya contaremos sus detalles, por lo interesante del mismo, en futuros anecdotarios.

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